Salud. Al ser dado de alta en Corpus Christi, Gabrielito disfrutó de las olas del mar acompañado de sus papás. (CORTESÍA)
A dos semanas de haberse sometido a una cirugía de corazón, el pequeño Gabrielito Martínez está de regreso a casa. Con la intervención, su calidad de vida mejorará y su desarrollo será como el de cualquier niño de su edad.
Sus padres Diana y Gabriel agradecen a familiares, amigos, y desconocidos que se sumaron a las diferentes actividades que se realizaron para reunir los fondos para cubrir su operación.
Tras meses de espera entre rifas, venta comidas, de garaje y otras actividades que se realizaron para reunir los recursos, el cinco de octubre el pequeño, en la ciudad de Corpus Christi, Texas en el Driscoll Children's Hospital, fue sometido a una cirugía en donde le se practicaron dos glenn, debido a que cuenta con dos venas cavas, y dicha intervención las conectó a las ramas pulmonares para una mayor oxigenación.
Antes de la cirugía, su cuerpo lograba entre un 69 a un 70 % de oxigenación, porcentaje que aumentó hasta el 85 %, lo que le permitirá, realizar actividades que le representaban un verdadero esfuerzo como el hecho de subir o bajar escalones, con mayor facilidad.
Diana Urbina, su mamá, cuenta que sólo está pendiente una operación llamada fontan, con la cual mejorará aún más su desarrollo motriz y físico.
Cabe recordar que con tan sólo dos horas de vida, a Gabrielito le fue detectada una cardiopatía congénita compleja, es decir, la mitad izquierda de su pequeño corazón no se formó.
Y aunque en abril fue desahuciado por médicos del IMSS y rechazarlo como candidato a las cirugía a las que fue sometido, sus padres nunca dejaron de luchar. "Hoy el panorama es totalmente diferente", dice con emoción su mamá.