Gerardo Solís corta dos orejas en el Coliseo

Tarde de Sol, la afición lagunera acude hasta en familia a la cita con el afamado serial novilleril, la entrada aumenta y supera los 3 mil asistentes a la fiesta brava.

El primer alternante del festejo fue Rodolfo Mejía "El Tuco" Ante su enemigo en suerte denominado "Pido Respeto" a quien le recibió con verónicas y rematando con media dejando listo al burel para la suerte de varas, luego de la bien ejecutada suerte de banderillas por los subalternos, arranca la lidia con la muleta "El Tuco" con valentía logra meter en el engaño al novillo al cual le cuaja tandas por derecha y al final de una de ellas es levantado por el animal el novillero vuela por los aires, pero sin consecuencias graves, a la hora de la verdad hunde el acero hasta la empuñadura y su enemigo muere tras la puntilla, el público lo reconoce sacándolo al tercio entre palmas.

El segundo coleta de la tarde fue Nicolás Gutiérrez, recibiendo a "Diputado" al cual lo brega en los medios, sigue su labor con el capote hasta dejarlo justo en las líneas de concurso, el burel quieto ve al de caballo y arranca a embestirlo, saliendo de la suerte al sentir la pulla, la suerte de banderillas resulta defectuosa por la cuadrilla la cual se retira entre pitos del respetable, sin mancha y armado con la muleta inicia animada labor por derecha conectando con el tendido que conjugado con las palmas y la música revisten la lidia de "Gutiérrez". En la suerte máxima logra fulminar a su enemigo, el juez le otorga una oreja.

El tercer espada del cartel fue el lagunero Gerardo ''Zurdo'' Solís, a quien en suerte le salió un despitorrado "Coahuilense" el cual por su condición fue regresado a los corrales, saliendo el de reserva, un hermoso novillo "Castaño" de pinta, al cual el Zurdo lo recibe de hinojos y le torea con verónicas en los medios, arrancando el" Ole" y las palmas del público lagunero, luego de la suerte de a caballo, el propio "Zurdo" es quien coloca los tres pares de banderillas. Inicia labor con tandas de naturales, ante el omnipresente peligro es arropado entre las tablas, se levanta sin verse la ropa y continúa su labor, en el encuentro de voluntades logra hundir el acero hasta los moños, tras fuerte petición el insensible juez otorga una oreja, el público solicita enérgicamente y finalmente José Luis Orozco se ve obligado a premiar al de Torreón con las dos orejas.

Quien cerró el festejo fue Cayetano Delgado enfrentado a "Libertad" hermoso novillo castaño, con cara, casta y grano. El novillo fue bregado con el capote hasta acudir Bravo al caballo, "Cayetano" solicitó permiso al juez de plaza para colocar las banderillas, pues sin duda sus antecesores le dejaron muy alto el listón. Con personalidad inició labor de muleta con pases variados al son de la "Filomena" previo a la muerte de su enemigo ejecuta tanda de manoletinas, abrevia con una estocada lagartijera y el novillo dobla para morder el polvo tras la puntilla. El novillero esculla palmas.

El festejo cierra con una enorme vuelta al ruedo por parte del público infantil que ama y apoya a la Fiesta Brava, los pequeños portan con orgullo una lona y con ella dan testimonio de su afición, las familias en conjunto les aplauden y aprueban este signo de lealtad a la Fiesta brava "Sí a los Toros en Coahuila".