Granja Orgánica Nirvana

En las inmediaciones del Cañón de Fernández se gesta un proyecto cuyo objetivo es producir vino orgánico y de gran calidad a través de un método sustentable, esto a fin de contribuir a la economía regional.

Bordeando el canal del Sacramento en la ciudad de Gómez Palacio se llega a la carretera libre a Durango, inicio de este recorrido. A la altura del ejido Los Ángeles nos detenemos en La Carreta, parada obligada de cualquier visitante, a probar el típico platillo lagunero: las gorditas. A fuego lento y en un gran comal de metal se disponen esos trozos de masa que se rellenan con cualquiera de los deliciosos guisos caseros que reposan en grandes ollas de barro cocido quemadas por el uso. La larga fila para ordenar denota la larga tradición de esta pequeña fonda en medio del desierto duranguense.

Continuamos hasta el pequeño poblado de Juan E. García, donde hacemos una pequeña escala a buscar una pieza para el tractor de la granja. Este es el último asentamiento humano donde podremos conseguir la refacción. Por un camino mucho más rústico llegamos hasta la ranchería de Santa Anita y aún nos separan unos treinta minutos de terracería hasta nuestro destino. El camino se abre paso en medio de cerros de roca árida cubiertos de diversas cactáceas enverdecidas por las recientes lluvias copiosas. Los cerros se van haciendo más robustos, hemos llegado a una de las entradas del imponente Cañón de Fernández.

A LAS PUERTAS DEL NIRVANA

Dos portones con tablones de madera y un símbolo semi-abstracto pintado de blanco anuncian la entrada a la Granja Orgánica Nirvana, hogar de los viñedos del proyecto piloto de manejo integral sustentable.

Al pie del Cañón de Fernández se extienden 741 parras en una superficie de un cuarto de hectárea. Cepas como la Cabernet Sauvignon, Merlot, Syraz y Tempranillo se plantan en estos viñedos. Estos tipos de uva son las que más se adaptan al terreno y al clima de la región. El contrastante diferencial térmico del desierto ayuda a la máxima concentración de azúcares necesarias para la elaboración del vino tinto.

PROYECTO SUSTENTABLE

Todos los procesos en esta granja son orgánicos, desde el control mecánico de plagas hasta la recolección de las uvas. Dirigidos por un equipo capacitado, incluyendo al viticultor Eduardo Madero Tamargo y el enólogo Alfonso Cárdenas, que está detrás de cada paso en el proceso de elaboración del tinto y hacen que este producto tenga mucho futuro en la región.

Alfonso explica cómo el mosto de la uva es cuidadosamente extraído, filtrado y metido en tanques de acero para su correcta fermentación, balanceando así las azúcares que le darán su sabor y aroma únicos. Finalmente el extracto reposará por un período aproximado de 12 meses en barricas nuevas de roble francés, acentuando su sabor y aroma. Actualmente se están explorando las posibilidades y la primer cosecha 2013 es una combinación de las cuatro uvas cosechadas en Nirvana, pero también se está experimentando con productos de una sola cepa.

La vendimia ha pasado y las parras se comienzan a marchitar esperando a renacer el año que viene. En la última caminata para buscar una fotografía más, Alfonso señala una de las parras y sonríe, ha encontrado como por arte de magia el último racimo de la cosecha 2015. De la cava privada tomo una botella con la primera cosecha 2013 y capturo toda la historia (¿esencia?) de Bodegas Valrey en una sola fotografía.

Por el momento las Bodegas Valrey no están abiertas al público, ni sus productos disponibles comercialmente, tendremos que esperar su arribo al mercado comercial.