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Hermanos especiales

Cuando los hijos requieren atenciones diferentes

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Marimar Centeno

Todo sistema familiar suele desestabilizarse con la llegada de un hijo con capacidades diferentes y aunque generalmente los padres hacen todo lo posible por recuperar el equilibrio y cubrir todas y cada una de las necesidades específicas del nuevo miembro, es importante que no descuiden al resto de sus hijos.

La familia González estaba muy feliz con el nacimiento de su primogénito, David vino a agregar alegría extra al nuevo matrimonio, era un niño muy amado por sus padres, toda la atención familiar era para él. Cuando David cumplió dos años su mamá dio a luz a su hermano Elías, el embarazo se había desarrollado sin ningún problema, David estaba expectante ante la llegada de su hermanito, su papá lo llevó a visitarlo al hospital para conocerlo, luego regresó a casa con sus padres, pero su hermano tuvo que quedarse unos días más en el hospital para tener los cuidados médicos especializados debido a que el cordón umbilical se había enredado en el cuello, ocasionándole falta de oxigeno; a consecuencia de eso, Elías nació con parálisis cerebral.

Para muchas familias, el nacimiento de un hijo representa una gran alegría, desde el momento en que se confirma el embarazo, los padres comienzan a generar expectativas sobre el nuevo integrante familiar, se entusiasman al hablar sobre la elección del nombre, la decoración de su cuarto y el futuro del niño, cuando reciben la noticia de que su hijo nace con capacidades diferentes, el sistema familiar se desestabiliza si los padres no están preparados emocionalmente para afrontar la situación.

INTERRUPCIÓN DE UN PROCESO

Con el paso de los días, David empezó a cambiar su comportamiento. Sin comprender qué estaba sucediendo, dejó de recibir de una manera abrupta toda la atención que tenía por parte de su mamá, quien tenía que dedicarse de tiempo completo a Elías por la necesidad de cuidado especial que demandaba el bebé. Sin darse cuenta, la disminución significativa de atención y afecto comenzó a generar en David una herida emocional profunda, que tendría efectos negativos en su vida adulta, ya que le impediría consolidar un vínculo afectivo seguro con una pareja.

Según la teoría del psicólogo, psiquiatra y psicoanalista John Bowlby, el apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres. La respuesta que obtiene de ellos puede generarle seguridad, ansiedad o temor dependiendo del acceso que el niño tenga hacia su principal figura de afecto. Los estilos de apego se desarrollan en las etapas tempranas del desarrollo, por esta razón es importante la figura de su principal cuidador, generalmente la madre, ya que el tipo de relación que se establezca ambos podría ser determinante en el estilo de apego que desarrollará el menor en su vida adulta.

David, ante la separación emocional de su mamá, interiorizó un estilo de apego inseguro evasivo, ya que experimentó angustia. Aunque su mamá le expresaba su afecto de manera verbal, él sentía la lejanía física y emocional por la falta de atención de quien era su figura afectiva principal. Debido a esa falta de coherencia aprendió a inhibir la expresión de sus afectos y necesidades emocionales.

Es importante comprender que sin importar que sus padres les expliquen que algún hermano requiere mayor atención debido a sus condiciones diferentes, y aun cuando parezca que lo aceptan, los niños no logran entender tal situación a su temprana edad. Internamente, ellos viven una traición afectiva y crecen creyendo que no son lo suficientemente importantes para sus padres ya que al sentir de repente esa lejanía y falta de atención involuntaria por parte de sus padres, sienten que el amor y atención que habían recibido no fue genuino.

EL PESO DE LAS EXPECTATIVAS

De manera inconsciente, los padres suelen depositar en los hermanos mayores expectativas de cuidado y responsabilidad sobre los de menor edad, diciéndoles incluso que son el ejemplo a seguir de ellos.

En el caso de David, la parálisis cerebral afectó directamente el desarrollo motor de su hermano, se movía con mucha dificultad y lentitud, situación que empeora con el paso del tiempo y aunque su estado cognitivo se encuentra en condiciones favorables, no podría sobrevivir solo, de tal forma que David creció con la idea de que cuando sus padres faltaran, sería él quien se tendría que hacer responsable de su hermano.

A la edad de 36 años, David no había logrado establecer una relación de pareja estable, es decir, constante y con respuestas emocionales profundas y mutuas. Tenía relaciones fugaces y superficiales, sentía miedo de amar y ser rechazado y abandonado como lo experimentó cuando era niño y antes de que eso sucediera abandonaba él la relación sin demostrar reacciones emocionales; hacía lo mismo que circunstancialmente hicieron con él de pequeño

EN MANOS PROFESIONALES

El niño que nace con necesidades especiales de cuidado demanda más tiempo por parte de los padres y la relación con sus otros hijos se puede ver afectada. La terapia familiar es recomendable para que todos los integrantes del sistema puedan reorganizarse y aprendan a adaptarse a la nueva dinámica familiar.

En un espacio de aceptación y apoyo emocional comprenderán que es normal que experimenten sentimientos de miedo, tristeza, rechazo, culpa o impotencia y se darán cuenta de que no son responsables de la situación.

Al hablar sobre lo que sienten podrán evitar conflictos o situaciones estresantes a consecuencia de la crisis desestabilizadora, en ese espacio se dan la oportunidad de escuchar y atender las necesidades de cada miembro de la familia para que crezcan sin detención en su desarrollo psicoafectivo.

Permitir el apoyo externo tiene resultados favorables, ser padres es una de las tareas más difíciles del ser humano, es un trabajo de 24 horas, los siete días de la semana. La responsabilidad de amar, cuidar, proteger y brindar seguridad a los hijos le corresponde únicamente a los padres, es importante que no generen expectativas ni les deleguen esa tarea a los hermanos mayores porque no eligieron nacer primero y ellos también necesitan el amor, atención y cuidado permanente de su padres para poder desarrollarse emocionalmente fuertes.

Twitter: @Marimar_Centeno

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