El juez federal Ignacio Torteya ordenó que el hijo del narcotraficante Osiel Cárdenas Guillén permanezca bajo custodia federal sin derecho a fianza hasta que se programe su juicio. (Archivo)
Osiel Cárdenas Jr., hijo del ex jefe del Cártel del Golfo, se declaró hoy “no culpable” de cargos relacionados con el tráfico de armas, al comparecer en una audiencia de detención en la Corte Federal de Brownsville, Texas.
De acuerdo con la minuta de la audiencia, Cárdenas Jr. pidió que se exentara la lectura del acta de acusación en su contra y procedió a declararse no culpable de los delitos de exportación ilegal de armas a México.
El juez federal Ignacio Torteya ordenó que el hijo del narcotraficante Osiel Cárdenas Guillén permanezca bajo custodia federal sin derecho a fianza hasta que se programe su juicio.
Cárdenas Jr., de nacionalidad estadounidense, fue detenido el 31 de diciembre pasado por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, cuando trataba de cruzar hacia México por el Puente Internacional Brownsville-Matamoros.
Las autoridades federales lo acusan de tratar de exportar de manera consciente y voluntaria a México 290 cartuchos de munición .9 milímetros; 161 cartuchos de municiones .223 milímetros; 29 cartuchos de 7.62 milímetros y dos cargadores de rifle para balas de .223 milímetros.
Cárdenas Jr. conducía una camioneta Cadillac Escalade 2015 de color negro y al tratar de cruzar hacia el lado mexicano, negó transportar consigo algún tipo de contrabando.
Durante la inspección del vehículo se encontraron las municiones en la guantera y en un compartimento ubicado en el tablero del automóvil.
La acusación señala que al ser arrestado, Cárdenas Jr. admitió que las municiones eran de su propiedad y que las había escondido para evitar la inspección, porque conocía que era ilegal el exportarlas a México.
Cárdenas Jr. tiene como abogados defensores a Crispín C.J. Quintanilla y Roberto J. Yzaguirre, quienes se encargaron de la defensa de su padre a finales de la década pasada en el juicio federal en Houston, en el que fue sentenciado a 25 años de prisión.
