PARTE 2
Los vientos otoñales de Patricia, el huracán que fue tormenta, produjeron mucha energía en el país del "sospechosismo". Actitud consecuente de quien se acostumbra a que sus instituciones no sean capaces de establecer relatos convincentes, por el contrario, cada versión oficial, es ampliamente cuestionada con sobradas razones y convertida en burla. La difusión oficial de Patricia, realizada por el gobierno federal, fue acusada de una sobreamenaza de huracán; sospechosamente leída como "cortina de humo" para aumentar impuestos.
De allí la importancia de que la sociedad civil se apropie del ejercicio de la memoria, lo imperioso de narrar por sí mismos la historia, la necesidad de construir nuevas formas de hacerse de información. Es esencial, la difusión de elementos que permitan hacer lecturas de la realidad, en las que sean incluidos los derechos de las mayorías marginadas y de las minorías vulnerables. Es necesario que la sociedad recupere las implicaciones políticas de construir su propia historia.
Continuamos con la recuperación de algunos hechos acontecidos en las calles de la Comarca Lagunera durante el otoño de 2014. Narrando lo que generaron varios movimientos. En un tiempo donde en el ritmo cotidiano lo constante es la violencia, el cambio puede ser percibido en las variaciones esporádicas surgidas de los posicionamientos ciudadanos.
22 de octubre. De la Facultad de Ciencias Políticas a Plaza Mayor. Ese día fue significativa la participación de familias completas, algunas incluso llevaban a bebés; así como un buen número de bachilleres que portaban sus uniformes. Por falta de apoyo vial, en el crucero de Colón y Revolución se generaron varios problemas, algunos conductores mostraban sorpresa en sus rostros y bajan la velocidad, otros agredían verbalmente a los marchistas y aceleraban sus vehículos poniendo en riesgo vidas.
En esa jornada apareció, por primera vez, una manta que manifestaba desacuerdo en que parte de los impuestos públicos, del Municipio de Torreón, se destinaran para beneficiar a una empresa privada con fines de lucros, propietaria del Club Santos Laguna. En otras marchas se agregaron mantas en contra de la tenencia, de los aumento al transporte público, altos cobros en la educación pública, etc. El problema nacional de las desapariciones forzadas, en esa ocasión, proporcionó espacio para la manifestación de inconformidades locales.
24 de octubre. De mañana y tarde. Antes del medio día, durante "los honores a la bandera" (acto aleccionador y promotor de un nacionalismo sentimentalista, poco crítico y uniformador) algunos alumnos de la Normal Torreón, es decir futuros profesores que estarán encargados organizar dicho acto patriotero, realizaron una representación de desaparición forzada.
Antes del anochecer, a iniciativa de la Ibero Torreón, se realizó una caminata en silencio de la Alameda Zaragoza a la Plaza Mayor. La manifestación se vio marcada por el hecho de que a algunos miembros de FUUNDEC se les impidió que usaran las mantas donde manifiestan sus consignas. La universidad y el colectivo tienen una relación significativa antes y después de ese suceso, pero ese día la organización demostró impericia para manejar imprevistos, falta de sensibilidad y rigidez en las formas.
1 de noviembre. Del Monumento al Campesino a Galerías. Al punto de salida de la manifestación se dieron cita varias patrullas de la Policía Federal. Los agentes descendieron de sus vehículos e iniciaron a tomar fotografías a los participantes. Hubo distintas reacciones al hecho, algunos no se permitían fotografías, otros se retiraron de la manifestación, varios preguntaron a los agentes por qué lo hacían.
A pregunta expresa los policías federales dijeron que lo hacían simplemente para registrar su trabajo, uno de ellos respondió literalmente: "les conviene que estas fotos lleguen arriba, para que sepan en México de ustedes y de lo que están haciendo". El acto de fotografiar producía efectos amedrentadores y de ira. Algunos de los manifestantes responsabilizaron a los agentes de lo que les pudiera suceder.
En esa marcha se hicieron algunos grafitis sobre las paredes laterales del puente que se encuentra en Periférico Raúl López Sánchez y la carretera Torreón-San Pedro. Las pintas responsabilizaban al Estado de las desapariciones y fueron dibujados signos anarquistas. A los pocos días fue "restaurada" la pintura original del puente. Esforzarse por maquillar la realidad ha sido una constante del actual gobierno federal.
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