La guerra es, lamentablemente, el motor que hace girar el mundo, en ella se concentran conocimientos, tecnología, economía y desarrollo. Ese afán del hombre por imponer su pensamiento ante todo, el de conservar sus privilegios, el de convencer de que su visión -en ocasiones harto miope- es mejor a la del otro, esto a veces por el poder de la fuerza es una constante. La capacidad de aprendizaje y la gran curiosidad propia del ser humano pareciera enormemente inútil para lograr entender y comprender la magnitud a que esta torpeza conduce, pues en estos afanes belicosos se lleva "entre las patas" -perdón por el coloquio- visiones y pensamientos que mucho pudieran enriquecernos, si tan sólo nos diéramos el tiempo de escuchar.
Tras la derrota sufrida por los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, militares, políticos y analistas americanos, al realizar un diagnóstico de las causas y motivos de la derrota, llegaron a la conclusión de que el mundo se había tornado en "Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity", naciendo así el mundo "VUCA". Un mundo en que la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad era el nuevo devenir del planeta, todo giraría en ese modelo. Las guerras habrían de pensarse y planearse tomando en cuenta esta "nueva" condición recién descubierta.
De aquellos años (1979) a la fecha, el mundo ha dado muchas muestras de que aquel primer diagnóstico militar es más que cierto, tanto que en la década de los noventa fue descubierto por el ámbito empresarial y confirmado una vez más por el trágico 11 de septiembre de 2001, fecha que cambió el mundo a escala mundial, independientemente de los mitos y las verdades a medias que sobre esa fatídica fecha se ha mencionado.
Lo cierto es que el hombre es quizá la entidad más compleja que podremos conocer en esto que hemos llamado Universo, las acciones y los hechos que rodean la historia del ser humano dan fe clara y plena de esta afirmación en torno a la complejidad. En ella, entre otras cosas, se cimienta el fracaso de agoreros y profetas que se han empeñado por predecir el futuro de las múltiples sociedades, sin importar lo avanzadas o primitivas que sean. El ser humano, en la maravilla que es, es volátil, incierto, complejo y ambiguo, y en ello se regodea en actos y omisiones.
Empezamos a escuchar cada vez con mayor frecuencia que estamos viviendo en un mundo VUCA, y en este mensaje está implícito que debemos estar preparados para competir en este mundo que nos ha tocado vivir y que pareciera que será siempre VUCA, sin estabilización posible -como si esto fuera lo deseable-, lo que nos conduce invariablemente a acostumbrarnos a vivir en el cambio permanente y continuo.
El mundo VUCA se ha posicionado en las nuevas estrategias que las empresas han de tomar en cuenta en sus acciones futuras, se deben asumir los retos, exige a las empresas el visualizar una realidad volátil, incierta, compleja y ambigua, en la que hace necesario el mantenerse con la información, la flexibilidad y la preparación adecuada para abordar situaciones nuevas, colocando al cliente en el centro de las operaciones siempre con la apertura para cooperar con transparencia con otras compañías, cuando esto sea necesario.
Este no tan nuevo concepto de VUCA describe cuatro retos o desafíos de nuestro mundo actual: V, volatilidad, describe lo inestable o inesperado, la continuidad en el tiempo de cualquier cosa no está clara; U, incertidumbre ("uncertainty", en inglés) describe la incertidumbre alrededor de una causa conocida, lo que ayer era de una forma hoy es de otra; C, complejidad, describe el "caos", muchos variables y muchas partes interconectadas, tenemos más información y más datos que nunca, y somos incapaces de gestionarlos en este mundo globalizado, hipertecnológico, multicultural y multilateral; A, ambigüedad, describe la falta de información entre conexiones y causas, para idénticos efectos podemos diferentes y demasiadas causas; no tenemos precedentes, y todos parecen a la vez enemigos y aliados.
Quizá el mundo siempre ha sido así, pero la soberbia que nos enceguece y que nos hace tratar de imponer en otros nuestros afanes, nos engañó y nos hizo pensar que el mundo era leíble sin sorpresas, y que el hombre era predecible… y no, y sin duda en ello radica la maravilla del hombre, en esa volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad que a muchos inquieta y que otros se empeñan por encausar, cuadrar y regresar al confort de lograr hacerlo predecible.
No sólo el mundo es VUCA, sino que el hombre también lo es, pues a fin de cuentas en cada ser humano está inmerso una cosmología que le orienta y da sentido a su tránsito por la vida, siempre en pos de una trascendencia que al darle certeza lo hace viajar por ideas, afanes, sueños y querencias.
