Amparados. Niños indígenas seguirán pidiendo ayuda en las calles de la región Lagunera; sus padres solicitaron un amparo. (GUADALUPE MIRANDA)
Pese a los riesgos que corren al pedir limosna en las calles, ni la Unidad de Atención a Víctimas de la Dirección de Seguridad Pública ni el sistema DIF Torreón, podrán evitar que los menores de origen indígena lo hagan, ya que se encuentran amparados bajo el argumento que es parte de sus usos y costumbres.
Graciela Caballero, titular de la Unidad de Atención a Víctimas de la DSPM informó que fue en el mes de septiembre cuando de forma coordinada con el DIF Torreón, iniciaron una serie de recorridos por toda la ciudad para detectar a menores en situación de riesgos o trabajando en la calle.
"Al principios comenzamos a retirarlos no con el fin de llevarlos a un albergue o alejarlos de sus padres, sino únicamente para decirle a los papás que ellos sí pueden seguir trabajando en los cruceros, pero no los menores", comentó Caballero.
Durante sus recorridos, se detectó una gran cantidad de niños de entre los 5 a los 15 años de edad, pidiendo ayuda en las calles y otros más trabajando, gran parte de ellos de origen indígena.
Cuando fueron retirados de las calles, se les informó sobre los programas de ayuda con los que cuenta el DIF, así como otras instituciones, para que pudieran tener educación, alimentación e incluso ropa a través de Cáritas. "Pero desafortunadamente las personas indígenas llegan a la ciudad con otro tipo de costumbres, pues para ellos esa es su forma de vida, vienen a la ciudad para ofrecer algunos artículos y viven de lo que les da la gente. Fue muy difícil para ellos", dijo la titular de la Unidad de Atención.
Sólo por una semana, las familias de origen indígena acudieron al DIF para después regresar a las calles, luego de solicitar un amparo, el que les fue concedido por un juez federal, bajo la protección de "usos y costumbres". "Tienen un abogado, desconocemos el nombre, por medio de jurídico, pero se les dio el amparo no podemos proceder a retirarlos de los lugares en donde están ellos trabajando", explicó Graciela Caballero.
El amparo se otorgó a pesar de que ya existe un antecedente en el que una menor perdió la vida en las calles de Torreón, cuando se encontraba pidiendo ayuda entre los conductores.
Fue el 29 de diciembre del 2013 que la menor de diez años de edad, fue arrollada frente a un centro comercial de bulevar Independencia y casi avenida Zacatecas.
Testigos del hecho detallaron que fue un automóvil rojo el que impactó a la menor, que usualmente pedía dinero en el crucero junto con sus pequeños hermanos y su madre. El 31 de diciembre, el cuerpo de la pequeña fue trasladado hasta su estado natal.