Baja por litro sólo benéfica a 2% de ventas, precisa Messmacher.
El impuesto a las bebidas saborizadas ha sido un éxito, y la reducción a 50 centavos por litro aprobada por los diputados para 2016 sólo beneficia a 2.0 por ciento de las ventas de estos productos, afirmó el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Miguel Messmacher.
En reunión de comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y de Estudios Legislativos Segunda del Senado de la República, sobre las minutas de miscelánea fiscal y la Ley de ingresos para 2016, estimó prematuro aumentar el impuesto a 2.00 pesos por litro, como plantean algunos senadores del PRD.
Señaló que el impuesto a las bebidas azucaradas, actualmente en 1.00 peso por litro, ha sido un éxito porque ha disminuido el consumo de estas bebidas entre 5.0 y 6.0 por ciento, mientras que el consumo de agua embotellada se incrementó en los mismos porcentajes.
Acompañado por el titular de la Unidad de Planeación Económica de la SHCP, Luis Madrazo, precisó que para tener una idea completa de lo que puede pasar con este impuesto, que bajó 50 centavos por litro en la Cámara de Diputados, se necesita información adicional.
Ello, porque su impacto no es inmediato y porque en los términos en los que está actualmente el impuesto, provocará un cambio en el patrón de consumo de los hogares y mejorará los canales de distribución de agua embotellada, entre otras.
Por ello, dijo, incrementar de 1.00 a 2.00 pesos, como lo han planteado senadores del PRD, “es prematuro”, dado que aún no se tiene suficiente información para entender el impacto final que pueda llegar tener el impuesto original de 1.00 pesos por litro.
Estimó que tiene lógica desde el punto de vista técnico la modificación aprobada por los diputados para bajar el impuesto a bebidas saborizadas que tengan hasta cinco gramos de azúcares añadidos por cada 100 mililitros, por lo que sería de 50 centavos y no de un peso por litro.
“Podría presentarse un escenario de una reformulación muy agresiva de los productos, en ese caso, esto terminaría teniendo un efecto desde el punto de vista de llevar a una menor disminución y menor consumo de azúcares y gasolinas”, anticipó.
Esta reducción, precisó Messmacher, sólo beneficia a 2.0 por ciento de las ventas, ya que 98 por ciento de las ventas restantes se realizan en bebidas que tienen arriba de cinco gramos de azúcar, es decir, es la gran mayoría.
En entrevista al término del encuentro con los senadores, el subsecretario de Ingresos subrayó que cualquier decisión acerca de este impuesto a las bebidas saborizadas “ya no está en manos de Hacienda”, sino en el Congreso de la Unión.
Sobre la posibilidad de aumentar el impuesto a 2.00 pesos por litro, acotó: “creemos que lo mejor es no estar realizando modificaciones por el momento dado que todavía no ha pasado suficiente tiempo, pero obviamente los legisladores pueden realizar algún análisis alternativo o adicional y complementario, y en base a eso tomarán sus decisiones”.