EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Incongruencias

Diálogo

YAMIL DARWICH

A los tiempos posmodernos los han definido como de crisis; las instituciones, usos y costumbres y hasta la propia vida humana han sido cuestionados intentando redefinir principios y jerarquías de los valores trascendentes, sociales y humanos.

El individualismo ha ocupado espacios que antes pertenecían al bien común, orientándose al interés de grupos y particulares, buscando el consumismo para generar riqueza, para ellos desde luego.

Uno de los instrumentos son los "peones del poder", personajes que ocupan puestos de liderazgo político y social, entendido éste como útil para poseer, comprar, dominar y hasta acallar conciencias y sentimientos negativos. Ellos trabajan como "hormiguitas" atendiendo a sus amos y esperando, como los perritos descritos en la Biblia, que "caigan las migajas de la mesa". ¿Los identifica?

En esa lucha por obtener riqueza material, olvidan los fundamentos para encontrar los "chispazos" felices que ofrecen alegría y satisfacción a lo largo de un día o la vida.

Se pierde el sentido del ser y actuar y aparecen los contrasentidos oponiendo los malos objetivos a las alternativas de generar bien.

Las instituciones viven en crisis debido a que las personas que las encabezan están perdidas en la persecución de poseer, confundidos en la carrera por el poder.

Las instituciones civiles sufren el proceso de descomposición por la mala administración.

Las militares están desacreditándose a pasos agigantados. Si la milicia en el pasado aportó imágenes a seguir de nacionalismo, solidaridad, bien, justicia, libertad, honestidad, etcétera, ahora es acusada de graves delitos de lesa humanidad, deshonestidad, corrupción y hasta participación en actividades ilícitas como el narcotráfico.

Las religiosas, promotoras de la solidaridad, subsidiaridad, amor al prójimo y búsqueda de trascendencia, ahora son abandonadas por los feligreses, que no encuentran en ella el alimento espiritual para las que fueron idealmente creadas.

Las instituciones políticas ya no son acusadas de corrupción, negligencia, abuso de autoridad y poder; el señalamiento va más allá, hasta citarlas como ejemplo negativo y quienes pertenecen a ellas ser estigmatizadas socialmente. Hoy día, político es un título nobiliario que nos refiere a lo malo, negativo en quien lo posee, quienes desde sus partidos hacen todo lo posible por incrementar su mala fama, algo injusto para los verdaderos, estudiosos que sufren el desprestigio por culpa de los politiqueros.

La democracia defiende la voluntad de las mayorías, pero para alcanzar poder o sostenerse en él, los políticos han aplicado la regla que dice: "sumadas las minorías hacen mayoría", caso de algunos administradores públicos que han promovido reglamentaciones que favorecen a los pocos por encima de la voluntad de los muchos, caso del Distrito Federal, donde subsidian servicios, han autorizado el travestismo o permitido el aborto criminal.

Los conceptos de libertad no pueden ser aplicados en los casos mencionados. Libertad es hacer lo que uno quiere, pero sin dañar a los demás y no incluye el mal en ninguna de sus acepciones, ya que pasaría a ser libertinaje.

Ahora el Estado de Coahuila será llevado a legislar para autorizar el aborto, la interrupción del embarazo por voluntad de la embarazada. Los argumentos son superficiales y manipulados:

Verdad que tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, -ejercicio de la libertad- pero no dañarlo -es libertinaje- para conseguir el aparente bien a partir del mal -interrumpir una vida en gestación-.

El embarazo no deseado puede ser una complicación en la vida personal y familiar y su origen está en la falta de educación sexual. El aborto criminal no puede ser aceptado como solución a problemas de terceros -la embarazada y sus cercanos.

La discusión sobre el cuándo hay vida humana ha sido tema sin resolver, habiendo quienes hablan de días, semanas y hasta meses; otros lo consideran en términos de organogénesis del feto y algunos más en función de la viabilidad del producto.

Debo declararle mi postura humanista: "la vida empieza con la vida" y en el caso que tratamos, la fecundación -unión de un óvulo y un espermatozooide- genera la primer célula que genéticamente es humana, con todas sus particularidades: una persona en gestación.

La decisión política de aceptar el aborto inducido como derecho de la mujer embarazada tiene mucho fondo para analizar antes de autorizar.

Deberá pensarse en el sentido de la vida, respetándola, más allá de defender el bienestar social o económico del deseducado; dejar de buscar el beneficio de la promoción populista promoviendo el aborto entre las minorías ayudándolas a caer en el libertinaje. El beneficio económico no justifica romper el primer derecho humano.

Sé que el tema es difícil, pero hay que afrontarlo.

Esperemos que antes de legislar, las autoridades sometan al análisis la propuesta, tomando en cuenta las opiniones de quienes saben y conocen el tema. Lo invito a defender la vida, por encima de la superficialidad y el individualismo que ya nos empieza a ahogar. ¿Acepta?

ydarwich@ual.mx

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1077236

elsiglo.mx