El informe de los expertos de la CIDH señala que los estudiantes de Ayotzinapa no fueron incinerados en el basurero de Cocula, lo que desmonta 'la verdad histórica' que sostuvo el entonces titular la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam. (Archivo)
La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es resultado de una "acción coordinada" que quiso impedir que los normalistas abandonaran o huyeran de Iguala, Guerrero, a bordo de un camión que habría sido modificado para el traslado de droga hacia Estados Unidos, y que los jóvenes "tomaron" sin saberlo, en su propósito de llegar a la Ciudad de México para participar en la marcha del 2 de octubre.
Esta línea de investigación forma parte del Informe Ayotzinapa, que presentó ayer el Grupo Interdisciplinario de Expertos (GIEI), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el cual desmiente la versión de que los 43 estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula.
"El GIEI tiene la convicción de que los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula", dijo Francisco Cox, integrante del GIEI, con base en los resultados de un peritaje independiente que demostró la imposibilidad de quemar 43 cuerpos en las condiciones de un terreno a cielo abierto y por las características que presentaba el lugar.
Esta sola conclusión desmonta "la verdad histórica" que sostuvo el entonces titular la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, al presentar los resultado de su investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas, el pasado 27 de enero.
El peritaje del GIEI, elaborado por el peruano José Torero -quien participó en los estudios del derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York- estableció que en el lugar no hubo un incendio que pudiera incinerar 43 cuerpos.
"Hay enormes contradicciones entre el peritaje y las versiones dadas por los inculpados", dijo Carlos Beristain, integrante del GIEI.
De acuerdo con el peritaje de Torero, para incinerar 43 cuerpos tuvieron que utilizarse 30 toneladas de madera y el fuego tuvo que arder por 60 horas. Además, la llama tendría que haber alcanzado 7 metros y el humo 300 metros.
El GIEI también advirtió sobre las distintas participaciones de efectivos del Ejército y policías federales, estatales, ministeriales y municipales, que siempre supieron lo que estaba ocurriendo en Iguala, por las comunicaciones que tuvieron a través del sistema de C-4.
"Además de los agresores directos, que fueron los policías municipales de Iguala y Cocula, hubo agentes de la policía federal, ministerial y del Ejército, que observaron lo que pasaba en diferentes momentos y en diferentes escenarios", pero ninguno hizo nada por los estudiantes, afirmó Beristain.
Incluso el Ejército hizo tareas de resguardo, vigilancia e investigación de los hechos, que están en el expediente del caso, afirmó.
Ante esto, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró que tomarán en cuenta el informe, mientras que la PGR ordenó un nuevo peritaje para esclarecer los hechos.
El secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que no "habrá impunidad en el caso".