La semana pasada quedó prácticamente definida la contienda electoral para la renovación de la gubernatura de Durango. Los virtuales candidatos con mayor posibilidad de triunfo son dos: del lado del oficialismo, un político joven de nombre Esteban Villegas Villarreal; del lado de la oposición, un político con experiencia llamado José Rosas Aispuro Torres. Uno de ellos seguramente será el próximo gobernador del Estado. ¿Quiénes son? Y, sobre todo, ¿qué se espera de ellos en su campaña?
La trayectoria política de Esteban Villegas es corta. Médico de profesión y con casi 39 años de edad ha sido diputado local, secretario de Salud del Estado y alcalde de la capital duranguese, cargo para el cual acaba de solicitar licencia. Cercano al actual gobernador Jorge Herrera Caldera, Villegas logró la semana pasada ser nombrado candidato de unidad por el CEN del PRI por encima de la senadora lagunera Leticia Herrera Ale, quien irá otra vez por la presidencia municipal de su natal Gómez Palacio. La línea del centro del Estado se impuso nuevamente a pesar de las dudas sobre la fortaleza del perfil de Esteban Villegas.
El perfil y las condiciones en las que llega José Rosas Aispuro son muy diferentes. Abogado y constitucionalista, con 54 años de edad, ha ocupado múltiples cargos de elección popular y en la administración pública, la mayor parte como priista y más recientemente como panista. Ha sido oficial mayor del gobierno estatal, diputado federal en dos ocasiones, diputado local, alcalde de Durango, director general del Sistema Estatal de Pensiones y actualmente senador de la República, ya como militante del PAN. Hace cinco años contendió por la gubernatura de Durango como abanderado de la coalición del PAN, PRD y Convergencia siendo derrotado por el priista Jorge Herrera Caldera por un margen de apenas 1.9 por ciento de los votos. En esta ocasión, Rosas Aispuro será candidato por la alianza PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.
Más allá de los méritos que cada uno tenga para ganar la elección, vale la pena revisar la situación política, económica y social por la que atraviesa la entidad para visualizar los desafíos a los que se enfrentan. En la pasada elección de gubernatura, el PRI logró el triunfo en buena medida gracias al voto de los laguneros, ya que en Durango capital la mayoría votó por el abanderado de la oposición. Hoy, la situación parece distinta ya que la no selección de Leticia Herrera como candidata del PRI ha dejado un ánimo de descontento entre un sector del electorado de La Laguna. La pregunta es si ese descontento, junto con las debilidades en el perfil de Esteban Villegas, serán suficientes para que por fin Durango tenga un gobierno de alternancia.
En cuanto a los aspectos económicos y sociales, uno de los puntos más cuestionados de la administración de Jorge Herrera Caldera, como de anteriores gestiones, es la disparidad en la atención que se da a la capital del Estado y al resto de los municipios, principalmente los ubicados en La Laguna, la segunda zona más poblada de la entidad y la de mayor dinamismo económico. Las diferencias en el desarrollo del área urbana de Durango y la zona conurbada de la comarca son evidentes para cualquier buen observador. Si bien mucho tienen que ver en esto los ayuntamientos, el apoyo de un gobierno estatal suele ser decisivo a la hora detonar proyectos e inversiones. Y en esto, sin duda, se ha dejado mucho a deber.
Independientemente de las visiones regionales, lo deseable sería que una vez que inicie la campaña los candidatos asumieran en serio la postura de explicar cómo le van a hacer, en caso de ganar, para que Durango deje de ser uno de los estados con menos desarrollo en el norte del país. Además, en la agenda no puede quedar relegado el tema de la seguridad pública, ya que varios municipios, incluidos los de La Laguna, carecen de corporaciones policiacas sólidas, amén de que si bien los índices delictivos han bajado, aún no se puede bajar la guardia. En este sentido, la coordinación con entidades vecinas, Coahuila, es fundamental pero hasta ahora no se ha logrado consolidar. Y en este punto, como en los anteriores, los futuros candidatos deberán establecer los cómos.
