La próxima gran revolución de la tecnología ya está con nosotros. Se llama el Internet de las cosas. A través de sensores interconectados podemos tener objetos inteligentes que funcionen de manera más eficaz, resuelvan problemas cotidianos o cuiden de nuestra salud y la de nuestros seres queridos. "Éste no es el futuro distante -dijo BD Yoon, presidente de Samsung, en el discurso inaugural del International Consumer Electronics Show, CES 2015 el 5 de enero--. Ya está aquí para usted."
El Internet de las cosas puede traernos un automóvil sin necesidad de un chofer. Lo mostró Elmar Frickenstein, vicepresidente de electrónicos de BMW, al dar la orden a un reloj en su muñeca: "BMW, recógeme." Un hermoso deportivo azul se encendió, avanzó por un estacionamiento evitando pilares y obstáculos y se acercó a recoger al ejecutivo.
Pero el Internet de las cosas no sirve sólo para imitar a Michael Knight de Knight Rider o al agente 007. También nos permite salir una noche a cenar a sabiendas de que el pulso cardiaco de nuestra madre enferma está bajo control y un cambio brusco nos será comunicado al celular de manera instantánea.
Si bien el coreano BD Yoon no es una superestrella de los medios como lo fue Steve Jobs de Apple, la única empresa importante de electrónicos que no participa en el CES, el mensaje y el mensajero fueron elegidos con cuidado. En su discurso Yoon hizo una promesa pública: "Nuestros productos y sistemas de IoT [Internet de las cosas] serán abiertos… Tendremos un ecosistema abierto."
Esta promesa busca marcar una diferencia de filosofía con Apple, que utiliza una arquitectura cerrada. Las aplicaciones de iPad o iPhone están hechas para operar solo en el sistema de Apple, que cobra un porcentaje del ingreso e incluso se queda con la lista de clientes. La estrategia de Samsung es, por el contrario, construir un ecosistema que permita que cada dispositivo se comunique entre sí sin importar si su sistema operativo es Android (Google), Windows (Microsoft) o IOS (Apple).
La compra de SmartThings por Samsung en agosto de 2014 es parte de la estrategia para crear un ecosistema abierto en el internet de las cosas. SmartThings busca conectar un número creciente de dispositivos en un ambiente al que aporten miles de desarrolladores trabajando de forma independiente. "Todos los dispositivos tienen que poder comunicarse entre sí", dice Alex Hawkinsons, fundador de SmatThings.
En este CES 2015 SmartThings ha montado una casa de demostración con dispositivos que, efectivamente, están intercomunicados y facilitan muchas actividades cotidianas. Uno se despierta no con una alarma sino con canciones de una lista personal y la cafetera se enciende en el momento preciso. Una alarma avisa cuando un niño entra en una zona de peligro en la cocina y otra señala que ya es hora de alimentar al perro.
En la misma presentación inaugural del CES 2015 el economista y sociólogo Jeremy Rifkin afirma que con el Internet de las cosas se está generando un "cambio de paradigma" que involucra las comunicaciones, la energía y el transporte. "Es una nueva era de superconductividad." Los cambios se verán en una reducción en el uso de energía, en vehículos con celdas de combustible, en autos sin conductor. "Esto generará una vasta mejoría en la calidad de vida".
El mensaje principal de la sesión inaugural de CES es que para que este cambio se realice debe mantenerse una arquitectura abierta. "Se necesita más que un ingeniero, una compañía o una industria", afirma Frickenstein de BMW. Hosain Rahman de Jawbone, una empresa que fabrica brazaletes inteligentes, lo dice de otra forma: "Vamos a hacer que éste sea el año en que todo el mundo empiece a hablar con los demás."
VÍAS PRIVATIZADAS
No sorprende que un pleito de ambulantes en el centro histórico de la ciudad de México haya dejado a una niña de 7 años paralizada de una herida de bala. Cuando se privatizan los espacios públicos, no hay forma de resolver disputas de posesión más que con la fuerza bruta.
Twitter: @SergioSarmient