Me mira desconsolado. Durante un par de horas estuvo atrapado en la televisión, pasmado frente al sangriento reto lanzado por el narco al estado mexicano en el occidente. ¡Qué país! Suelta moviendo la cabeza de un lado al otro y con la mirada clavada en el piso. Me siento con la obligación de inyectarle perspectiva de emergencia, por vía intravenosa. Los últimos quince meses han sido una pesadilla en su vida. Sí, le digo, pero por primera ocasión en muchos años las cifras de violencia, no sólo las oficiales, también las externas como: Lantia, Alto al Secuestro, el Observatorio Nacional Ciudadano, muestran descensos. Las quejas por violaciones a derechos humanos en la CNDH se han desplomado. ¿Y ahora qué hacemos? Hay que ser congruentes, ésos eran los referentes que usábamos para desmentir a las autoridades. Algo está cambiando. También la percepción sobre inseguridad ha caído 20 puntos.
¡Qué país! Es cierto le dije, pero regresamos al top ten turístico y de Inversión Extranjera Directa, eso a pesar del narco terror. El sector automotriz ha atraído 20 mil mdd, y vienen más. Somos el cuarto exportador mundial de automóviles y el octavo productor. Fabricamos 60% más de tráileres que Estados Unidos. La industria aeronáutica exportó más de 6 mil mdd., y se espera duplicar para el 2020. El turismo médico ya rebasó los 3,000 mmd. Nunca lo hubiéramos imaginado. Ahora bien, es cierto, en reducción de pobreza multidimensional no nos movemos: 2 puntos menos en siete años. Paraguay bajó 15, Bolivia 26, Perú 25, es una vergüenza. Y además los salarios, según CONEVAL, han perdido un tercio en cifras globales en los últimos 10 años. Mancera tiene razón en plantear la discusión. Pero las condiciones de vida de los mexicanos -agua, servicios sanitarios, electricidad, equipamiento domestico, etc.- si han mejorado, por eso el Índice de Desarrollo Humano de la ONU ya nos sitúa en "Alto".
Se dedica al arte, nos conocemos desde niños. México le importa. Todo es cierto, le digo, y ocurre a la vez. La Casa Blanca y, a la par, las declaraciones de Conflicto de Intereses, el Sistema Nacional Anticorrupción. Me pregunto y le pregunto, ¿hubiéramos tenido reformas en ese ámbito tan rápido sin los escándalos? Sin relativizar pero, mira a la Corona Española, a Petrobras, al hijito de Bachelet. Las naciones tienen que situarse más allá de los escándalos. Las reformas estructurales están allí, las sacó EPN nos guste o no. Peña terminará y nos quedaremos con las reformas que ya empiezan a mostrar su potencial. Me mira incrédulo. Veíamos los dos al centro la edición dominical de Excélsior con la nota de los pagos millonarios a maestros que trabajan cero horas. ¡Que país! Dijimos al unísono, pero por lo menos ya se centralizó la nómina y la reforma educativa, con todos sus tropiezos, va.
Me quedé pensando que su estado de ánimo, de confusión, incredulidad, enojo, son un síndrome generalizado y agravado por las campañas que siempre polarizan: los de adentro exageran los logros, los de afuera los problemas e incluso llaman a salvar a México, a ese país que las calificadoras y los inversionistas premian. La encuesta de BGC publicada ayer en estas páginas muestra la incapacidad gubernamental para construir optimismo: los pesimistas y los incrédulos son, por lo menos, el doble de los optimistas. Las buenas noticias las conoce menos de un tercio de la población. A pesar de haber detenido a 91 de los 122 capos más buscados, 55% de la población considera errónea la forma en que EPN ha manejado la violencia. Y también están allí los múltiples Méxicos que reporta el INEGI: Aguascalientes creciendo al 12.4%, Querétaro 7.5% o Michoacán, Guerrero (quien lo diría) y Zacatecas a más del 6% y Campeche decreciendo -4.7%. Mi amigo entra en estado de confusión.
Hace comentarios muy críticos del presidente, de sus errores recientes, de la frivolidad que se exhibe en todos los frentes, de la falta de sensibilidad de los políticos frente a un país que todavía tiene muchos pobres. De mi parte nada que contra argumentar. No están a la altura, los protagonismos en el PAN, AMLO divide a la izquierda que tanto necesitamos. Los saltimbanquis se multiplican, hay casos que son patéticos, cuatro partidos en su carrera y buscando como mantenerse con un hueso. En mi oficio, le dije, te puedes enojar con las personas pero no con los países, menos si lo que quieres es buscar soluciones. Me mira con extrañeza. Le explico, lo fácil sería sólo señalar las tonterías, vanidades, frivolidades, etc., te gana popularidad. Pero hay un reto aún mayor: tratar de introducir cierta sensatez en el debate.
La noche se nos ha echado encima, la luna está en su esplendor. Buenas noches, le digo, que duermas bien. Mejor que hace dos horas, sin duda. Nos abrazamos. Funcionó: perspectiva intravenosa.