Spieth está empatado con Patrick Reed en la cima del US Open. (EFE)
Parece que Jordan Spieth no se conformará con haber conquistado un major. El campeón del Masters marcó la pauta ayer en Chambers Bay y embocó una serie de birdies para tomar la punta en la segunda ronda del US Open.
Spieth se sobrepuso a un doble bogey que puso a prueba su paciencia, y cerró con un birdie durante un recorrido caótico al hoyo final. Entregó una tarjeta de 67 golpes, tres debajo del par y tomó una ventaja de un impacto entre los golfistas que terminaron primero.
Desde Tiger Woods, nadie ha conquistado el Masters y el US Open en el mismo año.
Falta mucho camino por recorrer, y Spieth se percata de que el torneo se irá complicando sobre un campo que puede intimidar a cualquiera.
Jason Day, quien jugaba con Spieth, se esforzó por seguirle el paso hasta que se llevó un susto. Day se dirigía al green del hoyo nueve, sobre una elevación de unos 30 metros, cuando se desplomó y permaneció tendido de espaldas durante varios minutos.
Recientemente, Day había sufrido problemas de vértigo. Eventualmente recibió ayuda para ponerse de pie. Las manos le seguían temblando cuando envió la pelota a la trampa de arena, antes de anotarse un bogey. Con todo, se anotó un 70 y estaba a tres golpes de Spieth.
Por su parte, Woods tuvo el peor marcador de su carrera profesional tras 36 hoyos, al entregar una tarjeta de 76. Su acumulado de 156, 16 arriba del par, significó que no pasara el corte.
