Aficionados de la Lazio lanzan botellas de vidrio a la Policía afuera del Estadio Olímpico, tras un clásico en mayo pasado. (EFE)
Roma y Lazio protagonizarán este domingo un clásico particular, en el que lo que sucede afuera del estadio generará tanto interés como lo que pasa adentro.
En una rara muestra de unidad, las barras más apasionadas de los dos equipos se proponen boicotear el choque en protesta por medidas de seguridad que han dividido las "curvas", como se denomina a los sectores a ambos extremos de la cancha donde se ubican los "ultras".
"Espero que lo reconsideren. De corazón, espero que estos muchachos y muchachas demuestren que son mejor que eso", dijo Giovanni Malago, presidente del Comité Olímpico Nacional, que supervisa todo el deporte en Italia, e hincha de toda la vida de Roma. "Obviamente, no puedo ir en contra de los responsables de la seguridad pública", que decidieron dividir esos sectores como consecuencia del mal comportamiento de los hinchas.
"Realmente espero que los hinchas cambien de actitud. Sufro viendo el estadio con claros en las curvas, sin el apoyo organizado de los aficionados más fieles", insistió.
Los ultras de los dos clubes han hecho protestas por separado esta temporada.
Roma está a un punto de los líderes Fiorentina e Inter, que visitan a Sampdoria y Torino respectivamente, y Lazio figura séptimo, a cinco unidades de su clásico rival.
Nápoli, cuarto a dos puntos de los líderes, recibe a Udinese, mientras que Sassuolo y Milán, ambos a tres unidades de la punta, enfrentan a dos equipos del fondo de la tabla, Carpi y Atalanta.
