Funeral. Pese a su avanzada edad, doña Felícitas viajó por más de 12 horas para asistir al funeral de su nieto.
"Estamos muy tristes. Mi hijo y mi nuera están como para volverse locos. Y como no, ¡imagínese! si lo mataron en la casa. Ahí enfrente de su mamá y su hermana. Eso fue una injusticia", fueron las palabras de doña Felícitas Sosa, abuela del joven originario del ejido Gatas Mochas del municipio de San Pedro, quien murió a manos de la policía en El Paso, Texas.
Con 87 años, pero todavía muy lúcida, "entera", doña Felícitas viajó por más de 12 horas, para asistir al funeral de su nieto.
Con lágrimas recuerda que Érick Emanuel Salas Sánchez tenía unos 11 años cuando junto con sus tres hermanos (incluyendo su gemela) y su madre, salieron de Gatas Mochas para establecerse en Ciudad Juárez, tras una tragedia familiar, pues el mayor de sus hermanos perdió la vida a los 18 años en un trágico accidente carretero, en el ejido San Lorenzo.
Su madre, no pudo soportar la tragedia, cuenta doña Felícitas, que sin consuelo deambulaba por las calles de la comunidad, sin soltar la fotografía de su hijo, "Y ahora esto. Perdió a su hijo mayor y al más chico", platica.
Érick llegó a Estados Unidos hace unos 14 años, porque su padre logró "arreglar" papeles. Se fue de "mojado" y en cuanto pudo se llevó a su familia. El joven trabajaba y estudiaba, por lo que su familia no cree la versión que dio la policía, que era sospechoso de robo.
Investigación
Los padres de Érick han contratado los servicios de abogados para exigir a las autoridades una investigación, ya que no creen en la versión que dio la policía.
