Una característica muy humana es atesorar el conocimiento y desarrollar ideas que nos ayuden a igualar la acumulación de riqueza de unos cuantos con el bien común, es aquí donde nacen teorías económicas proponiendo modelos económicos, las cuales son diseñadas por autores tan inteligentes como lejanos a una realidad latinoamericana.
John Maynard Keynes, en su obra La Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero (1936), establece que la Política Fiscal -el gasto público y los impuestos- es una herramienta para controlar la economía, asimismo establece que es responsabilidad de cada gobierno estimular la economía obteniendo financiamientos y gastándolos en la creación de empleos y la construcción de infraestructura -carreteras, ferrocarriles, escuelas- y así combatir el desempleo.
El Keynesianismo en México es continuo: la Secretaría de Comunicaciones y Transportes confirmó que para 2015 habrá 1,094 concursos de obra pública por un monto de 17 mil 919 millones de pesos; la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco tendrá un costo inicial de 169,000 millones de pesos, de los cuales 98,000 millones saldrán del Presupuesto de Egresos de la Federación y 71,000 millones de créditos bancarios y de emisión de bonos.
De acuerdo con cifras del Inegi, en diciembre de 2013, la tasa de desocupación fue de 4.27 %. Al terminar 2014 esta tasa fue de 3.76 % y al terminar enero de 2015, fue de 4.51 %. No olvidemos que el efecto multiplicador para la economía, en proyectos de obra pública es temporal, es decir el ingreso para el constructor termina al entregar una obra que se construyó por encargo, caso contrario del nuevo aeropuerto, que debe tener una rentabilidad para liquidar las deudas de su financiamiento.
El Monetarismo, establecido por Milton Friedman y Anna Schwartz en la obra "Una historia Monetaria de Estados Unidos", (1971), explica que cuando se integra dinero extra a una economía a través del gasto público, el gobierno hará crecer la inflación y debido a ello, son los Bancos Centrales a través de la Política Monetaria -tipos de interés, crecimiento monetario y tipo de cambio- quienes podrán controlar la inflación.
El Banco de México reportó una inflación anualizada de 4.08 % en 2014 y en febrero de 2015 su acumulado es de 3 %. Sin embargo, hay focos rojos en nuestro monetarismo: durante 2014 la deuda emitida por el gobierno estuvo por debajo de la Tasa de Inflación, los Cetes a 28 días nunca superaron la barrera de 3 %, a marzo de 2015 su tasa apenas llegó a 3.05 %. Es importante tomar en cuenta que una inversión debe ser rentable, para proteger también la pérdida del dinero con el paso del tiempo, pero un instrumento de deuda gubernamental libre de riesgo, como es el CETE no debe estar por debajo de la inflación porque entonces contradice su naturaleza, el dinero invertido en estos instrumentos, aun con su bajo porcentaje no valen el capital inicial, tomando en cuenta la inflación.
Respecto al tipo de cambio, recuerdo un ejercicio que realicé en mis tiempos universitarios: ¿Cuántos bienes y servicios puedes comprar en Estados Unidos de América con 1,000 dólares? Y ¿cuántos bienes y servicios puedes comprar en México con 1,000 pesos? Independientemente de pensar en hamburguesas, vestidos o celulares, la diferencia sigue siendo 16 a 1 a favor de Estados Unidos.
Durante la segunda semana de marzo de 2015, el tipo de cambio llegó a ser vendido por bancos y casas de cambio a más de 15.90 pesos por dólar. Como parte de las medidas preventivas para proveer liquidez al mercado cambiario, a partir del 11 de marzo y hasta el 8 de junio de 2015, el Banco de México ofrecerá diariamente 52 millones de dólares americanos mediante subastas sin precio mínimo, en un afán de estabilizar el peso mexicano.
Todo es un equilibrio sistémico, nada está separado o independiente, México es el ejemplo de que las teorías económicas no se oponen una a la otra, más bien se complementan; así como en la época Keynesiana de Franklin D. Roosevelt y el glorioso Monetarismo de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, debemos tomar lo mejor de cada teoría de acuerdo con nuestra realidad latinoamericana, considerando factores contemporáneos, por ejemplo el rol de las empresas globales en las naciones.
