La semana pasada se anunció, con bombo y platillo, que Cuauhtémoc Blanco participaría en la política investido como candidato a la Presidencia Municipal de Cuernavaca, Morelos, por el Partido Social Demócrata.
Lo que pareció una vacilada se confirmó cuando el propio futbolista apareció en conferencia de prensa, aceptando la postulación y manifestando que, con el mismo pundonor y garra con que ha defendido varias camisetas, ahora lo hará al servicio del pueblo.
Varias lecturas salen de esta situación y las quiero compartir con usted, amable lector.
Lo primero es dejar en claro que quien lo invita es un partido manejado como negocio familiar y que está en riesgo de perder el registro si no logra el mínimo legal de votos para conservarlo. Entonces se recurre a un personaje carismático para lograrlo.
Seguramente estarán pagando un alto precio por la publicidad que el "Cuau" atrae y burlan a la autoridad electoral al afirmar que Blanco ha vivido en Morelos, cosa que es a ojos vistos falsa, aunque se tome fotos con la credencial de elector expedida en ese estado y pegada en la frente como billete en table dance.
El Puebla, como patrón del futbolista, tendría que ponerle las peras a veinticinco y exigirle toda la concentración que requiere un equipo que se está yendo a la división de ascenso y ordenarle que deje de jugarle al político rascuache.
En el código de ética de la Femexfut se previene a los afiliados a ésta que no pueden participar activamente en actividades políticas ni religiosas; incluso existe el antecedente que al árbitro Gilberto Alcalá se le obligó al retiro cuando fue candidato a una diputación, precisamente por Cuernavaca.
Con la típica actitud del avestruz, hundiendo la cabeza en el suelo pero dejando la cola al aire, los federativos han ordenado abrir una investigación, citar al jugador y tomar cartas en el asunto una vez que arranquen oficialmente las campañas, allá por finales de abril.
No, pues ya cuando lo inhabiliten, el ídolo de Tlatilco estará en las puertas del retiro, la publicidad más que pagada y el PSD con la seguridad de que no faltará el ingenuo que realmente crea en que Cuauhtémoc puede ser un buen alcalde.
De la falta de preparación prefiero no hablar, cuando por Cuernavaca, ciudad donde tengo el privilegio de vivir, pero quizá también por la suya, han pasado verdaderas bestias peludas y ratas de dos patas en los llamados puestos de elección popular.
Además, como a la mayoría de la gente, Cuau me cae de pocas tuercas. Es un tipo simpático y con un ángel que pocas veces le es concedido por el creador a un ser humano. Si esto lo hace por dinero, caray, muy su derecho y será candidato. Si realmente cree en los "ideales" de su partido y en la limpieza de la política, entonces será… el candidote.
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