El otro día escuché que el torneo mexicano es bipolar. La frase me pareció ingeniosa pero ya metidos en temas siquiátricos, creo que esquizofrénico le quedaría mejor. Los verdugos de hoy, son las reses de mañana y no hay un mandón que dictamine el estilo de la liga Mx.
Puesto a escoger, prefiero nuestro loco torneo a otros donde hay un campeón casi permanente o son dos clubes los que luchan por la supremacía, relegando al resto a la calidad de comparsas. En México, para bien o mal, el campeonato es sumamente parejo y emocionante.
Un tema para reflexionar es que los equipos que arrancaron con serios problemas porcentuales, comprometidos con la urgencia de sumar puntos para evadir el descenso, estarían ahorita calificados para la liguilla, en un esfuerzo titánico que, en un descuido, puede alcanzar para mucho.
El equipo de la franja ha caído estrepitosamente. Perdió como local una final adelantada por la permanencia ante Chivas y vino a caer, en idénticas circunstancias en Ciudad Universitaria, sin embargo, ocupa el octavo lugar general.
Guadalajara ya se enrachó y quizá con las justas pero va sacando los resultados y acumulando los puntos necesarios para alejarse de la quema y soñar con la parte de arriba. Indudable la capacidad del plantel, quizá corto de carácter, así como el bien hacer de su director técnico, hombre trabajador y tesonero. Tienen el clásico tapatío en puerta como para demostrar si son de verdad.
La Universidad de Guadalajara sorprendió al vencer en casa al América y dobleteó triunfos ante Tigres Y Morelia. Cayó en casa ante Jaguares en un partido teóricamente ganable. Se complicó en serio el asunto y ya quedó claro que esta será una carrera parejera contra el Puebla en la multicitada batalla por la permanencia en el máximo circuito.
El que es una absoluta realidad en este momento es el Veracruz. De la mano del "maestro" Carlos Reinoso y de una buena planeación, están a nada de salvarse, han hecho el milagro de que la gente recobre la "tiburomanía" y le tosen al más guapo.
La victoria ante América manda un sinnúmero de señales, la más alentadora, que el grupo se encuentra más unidos que nunca para seguir cosechando logros.
Viene una complicada visita a Monterrey para enfrentar a Tigres pero no se les puede dar por muertos de antemano a este grupo de guerreros que pelean cada balón a muerte y fruto de ello se pavonean solitos en el segundo lugar general.
Viene un receso que le permitirá restañar y lamer heridas a alguno de los grandes, (ahí te hablan, Matosas). Puede suceder que le corte el ritmo a aquellos que como Chivas, Pumas y Veracruz ya agarraron vuelo pero de que las emociones están al máximo, no tenga usted la menor duda.
Por lo pronto, un abrazo hasta la tierra del danzón, la alegría y el carnaval. El tiburón es una realidad.
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