El torneo mexicano de la Primera División está llegando a su fin, faltando definir a los ocho invitados a la fiesta grande que arrancará la semana próxima. Ya están arriba los que aseguraron boleto y son Veracruz, Tigres y Atlas. El resto de los lugares, cinco para ser exactos, tienen a diez clubes involucrados, lo que da origen a una eterna discusión: Si la liga es competitiva o no.
Los defensores del sistema de liguilla usado en México, por lo menos la mayoría, considero que pierden el foco del análisis pues su principal argumento es que es divertido, emocionante y que cualquiera le puede pegar al otro.
Particularmente me considero un detractor de esta liga ya que es totalmente mediocre, es decir, medianita y quiero compartir con usted algunas preguntas en las que debería centrarse la polémica.
Primero: ¿Se juega bien al futbol en México? Pienso que no. Los partidos semanales se muestran deficitarios en detalles técnicos, pinceladas coloridas, atajadas espectaculares y goles de alta manufactura.
Segundo: ¿La inversión está acorde al desempeño de los equipos? Mi respuesta es no. Pongo como ejemplo a Toluca, Querétaro, Monterrey, Pachuca, Jaguares y León cuyos planteles son caros y si el torneo acabara el día de hoy, verían la liguilla por televisión.
Tercero: ¿Son los extranjeros de alta calidad? Una vez más digo que no. Por supuesto que existen jugadores de alto rango técnico pero son la excepción. En muchos casos, de las cinco plazas a que se tiene derecho, tres o cuatro foráneos ni siquiera son titulares.
Cuarto: ¿Han aportado los jugadores naturalizados soluciones para sus equipos? No. En muchos casos ha sido sólo una trampa para evitar ocupar una plaza de extranjero. Tendría que preocupar desde ya el hecho de ver alineaciones con ocho o nueve elementos no nacidos en México.
Quinto: ¿Recuerda usted tres partidos de alarido en este torneo? Sigo y digo no. Y eso que ya se han jugado 144 encuentros. La mayoría de ellos ratoneros, defensivos, con mucho esfuerzo pero poca emotividad.
Sexto: ¿Hay un goleador? Nones. No existe un matón del área, un artillero letal. Los romperredes lo son de un dígito. Dorlan Pabón, Matías Alustiza y Julio Furch, comandan la tabla con nueve pepinos cada unos.
Séptimo: ¿Se cuenta con un arbitraje de calidad? Sí pero no en la cantidad suficiente. Son sólo cinco o seis los jueces que pueden garantizar un trabajo de calidad cada semana.
Octavo: ¿Es emocionante? Sí. La lucha en lodo también lo es.
Noveno: ¿Es transparente en cuanto al tema administrativo? Por supuesto que no. La comisión disciplinaria se ha encargado de enturbiar su credibilidad con sanciones sobre pedido y decisiones absurdas.
Décimo: ¿La liguilla es realmente excitante? Diría que sí aunque darle valor al gol de visitante ha traído consigo una mayor especulación.
Por mis respuestas a este decálogo sabrá usted por qué considero a la Liga MX absolutamente mediocre.
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