Terminó la Copa América 2015, dejando mucha tela de donde cortar para el análisis. El cuadro local levantó el trofeo que jamás había obtenido y lo hizo de la manera más dramática posible, doblando a Argentina por la vía de los penales.
El estadio Nacional de Santiago, la capital, vibró casi totalmente teñido de rojo en un partido donde no hubo lugar para la especulación, brindándose por entero los 21 jugadores en la cancha.
No piense el señor editor ni usted, amable lector, que he cometido un error involuntario, de esos que se llaman "de dedo" al redactar la presente colaboración. Hubo un ausente en la cancha y ése fue Lionel Messi, a quien un ataque de autismo o del mal que lo aqueja, como quiera que se llame, lo privó de jugar y al público lo dejó con el apetito de verlo brillar como hace unos cuantos días enfundado en la playera del Barcelona.
Pero no, no con su selección por lo menos, es el hombre punzante y desequilibrante del cuadro culé. Acá se esconde, pasa desapercibido y termina ausentándose del campo sin avisarle a nadie. ¿Qué le pegan?, sí, es un hecho. En la final, una de cada tres faltas cometidas por los andinos fue en el blanco que significa el mejor jugador del mundo. Pero también le zumban con el Barsa y ahí parece emerger, engrandecerse y retar con la gambeta a sus agresores.
Chile es un digno campeón pese a que, en algunos momentos del torneo, el arbitraje pareció favorecerles en forma evidente. Incluso en el juego ante la albiceleste se presentó un penal monumental, a un minuto de terminar el cotejo, que no apreció el silbante colombiano Wilmar Roldán. En fin, tema para la polémica.
Dentro de los incidentes que marcaron al evento, como la suspensión de Neymar, el alevoso piquete por la trastienda de Gonzalo Jara y su posterior castigo, la expulsión de Edinson Cavani, receptor del irrespetuoso dedo medio del chileno, en fin, creo que destaca lo acontecido a Arturo Vidal y éste sucedió fuera del terreno de juego.
Como se recordará, luego del juego ante México, los jugadores de la roja recibieron permiso para romper la concentración. El "rey Arturo" tuvo a bien irse a un casino con su señora, echarse unos cuantos tlapehues y ponerle en la madre a un Ferrari que se acababa de comprar.
Al ser detenido y con la prepotencia que suele acompañar a la ignorancia, se dirigió al oficial que lo detuvo diciéndole "te vas a cagar en todo Chile".
El policía, perteneciente al cuerpo de los carabineros, pese a saber de quién se trataba, cumplió con su deber y lo detuvo, rindiendo el parte que daba cuenta de la embriaguez del futbolista.
El técnico Jorge Sampaoli lo perdonó, pudo jugar y levantar el trofeo, sin embargo me quedo con la lección de ética y honestidad que nos brindó… El carabinero.
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