Se viven tiempos de cambio en la Federación Mexicana de Futbol, siendo lo más visible la designación del nuevo técnico de la selección nacional. Ricardo Ferreti será ungido como adiestrador del tricolor pero con carácter de "jefe inmediato superior interino" para sentarse en el banquillo en los próximos cuatro juegos que sostendrá la escuadra nacional, tres de ellos de los bautizados por el propio "tuca" con el calificativo de "moleros".
Al más puro estilo de los políticos profesionales, Decio de María había afirmado que de ninguna manera habría un interinato al frente del llamado "equipo de todos". Cae más rápido el hablador que el cojo y en ese sentido, Ferreti no quiso quedarse atrás al decir que prefería ser barrendero que técnico nacional y así, de golpe y porrazo, se convertirá en la escoba más codiciada del mundo.
Ricardo sólo convocará a los jugadores para los compromisos adquiridos con anterioridad, pero en el día a día seguirá dirigiendo a Tigres, que es, según su dicho, la prioridad. Quiero creerle, sobre todo dada la congruencia con que los interesados se han conducido en este asunto.
México sigue engrosando su lista de entrenadores en los últimos años y como la designación es temporal, no me merece una opinión que deba y tenga que sustentar. Sólo desearle suerte a Ricardo Ferreti que, en lo personal, me cae a toda madre.
Guillermo Cantú regresa a un puesto que ya desempeñó como director de selecciones nacionales, sustituyendo a Héctor González Iñárritu. Tendrá a su cargo la negociación para encontrar el nuevo entrenador nacional y para ello ha encargado a su flamante director deportivo, Santiago Baños, entrevistarse con Juan Carlos Osorio, actual mentor del Sao Paulo para tal efecto.
Baños fue víctima del "piojogate", quedándose sin chamba luego del despido de Miguel Herrera, por causas de todos conocidas.
En la comisión de árbitros también se produjeron dimisiones y cambios, siendo Rafael Mancilla removido de su cargo para entregarlo a González Iñárritu. Héctor tiene una dilatada experiencia como directivo y presume de un paso por esa comisión cuando la presidía Aarón Padilla. Se trata de un tipo caballeroso a quien le deseamos todo el éxito posible.
Mancilla se va envuelto en el escándalo que un libelo publicó sobre cuestiones íntimas y que atañen sólo a la esfera privada. Una verdadera bajeza que impide juzgar a cabalidad una gestión de varios años y que, como todo en la vida, tuvo aciertos y errores.
Lo que puedo avalar de Rafa es su decencia. Del trabajo creo que lo razonable y profesional es que él rinda un informe a la Femexfut y que se haga público. Finalmente estoy convencido que encontrará pronto reacomodo en el equipo de trabajo del nuevo mandamás del organismo rector del balompié nacional.
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