Cuenta la historia que a los antiguos emperadores romanos, dentro de su séquito, no podía faltarles el consejero cuya misión era decirles al oído varias veces al día "eres humano". Esto tenía el propósito de que esos seres prácticamente omnipotentes no se dejaran llevar por la tentación de sentirse dioses, tener presente que podían fallar y, lo más importante, que eran al final de cuentas, simples mortales.
Ese tipo de personajes no le vendrían nada mal a muchos especímenes de la mal llamada "clase política" que en la actualidad, ni tienen clase ni sabe dedicarse a esa noble actividad que consiste en el servicio a la sociedad, atendiendo sólo a intereses minoritarios y mezquinos pero eso, créame amable lector, es otro asunto.
Quiero referirme a la lesión que Lionel Messi sufrió el pasado fin de semana en el encuentro del Barcelona frente a Las Palmas.
Apenas transcurrían un par de minutos del citado partido cuando la "pulga" penetró punzante en el área de los representantes de las islas Baleares. Al intentar disparar a puerta, trabó en un "tapón" con un defensor y al aflojar la pierna, se le produjo la rotura del ligamento colateral, lo que le obligó a abandonar el terreno de juego.
El dictamen médico establece que el extraordinario futbolista estará ausente de las canchas al menos 8 semanas. Mal negocio para el Barsa, que no contará con él para los juegos de la liga y el inicio de la "champions" pero peor para el seleccionado argentino ya que la "albiceleste" prescindirá de los servicios de su máximo referente en los 4 primeros juegos de la eliminatoria mundialista en Sudamérica.
Lo de Messi resulta francamente sorprendente. A un tipo que juega la cantidad de partidos de altísima competencia con una frecuencia impresionante, con el rigor de una marca férrea y muchas veces mal intencionada, al que los rivales tratan de detener a costa de lo que sea tirándole patadas que no siempre son marcadas por los árbitros, una lesión cada tres años parece demasiado poco.
Pero esto demuestra que Lionel es humano y que, pese a su afán de estar en todos los partidos, ya con el cuadro "culé" o con Argentina, puede sufrir la misma lesión de un jugador que gane mil veces menos que él.
Ojalá que el tiempo que dure su rehabilitación le sirva también para reposar un poco la mente de la tremenda presión a la que se ve sometido en el día a día. No es sólo el tema deportivo sino mediático lo que le impide llevar una vida que denominaríamos "normal", con la cantidad de reflectores a los que se ve expuesto.
Messi es un guerrero y un profesional en toda la extensión de la palabra. Hará cada cosa que le ordenen y no dude usted que sorprenda una vez más al mundo con una reaparición sorpresiva. Nada más pido que nunca olvide que… Es humano.
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