Cada vez nos parecemos más a los gringos. La estadounidense es una sociedad que basa su solidaridad en el miedo y sus gobernantes, aliados a los poderes fácticos como son los medios de comunicación, alimentan el pánico para lograr "vender" al enemigo común y a la amenaza a la paz mundial.
También son unos magos en el arte de crear "cortinas de humo" para disimular las cosas verdaderamente importantes. Afortunadamente en México crece un sector de la sociedad que pregunta, indaga, cuestiona y se ha transformado en un ojo vigilante que no se traga a la primera la verdad oficial.
Las televisoras y las autoridades se pusieron el curita antes de cortarse con el huracán "Patricia", cuya destructiva fuerza marcaría un antes y un después en el largo listado de las tragedias nacionales. Luego de una cobertura que rayó en el morbo, la Paty, como buena vieja, nomás la hizo de pedo en viernes y dejó a los comunicadores y su ejército de reporteros apenas con gotas de lluvia en sus impermeables amarillos.
Ojo, no estoy en contra de la cultura de la prevención, tan ausente en otros casos y que estuvo puntual en éste. Me pronuncio contra toda forma de manipulación, sobre todo, de los "gurús" de la información.
En los deportes ocurre lo mismo. Nombran al nuevo técnico nacional y a los 5 minutos tenemos que saber lo que desayuna, come y cena el santo señor. Al "piojo" Herrera no lo tumbó el comunicador al que agredió sino las televisoras que lo fueron endiosando, con "el doble del piojo", "piojo, méteme", comerciales donde hasta un loro parecía más inteligente que él y, la cereza del pastel, los tuits apoyando a un partido político integrado por una caterva de delincuentes.
Esta semana vamos a descansar del señor Juan Carlos Osorio, flamante técnico nacional, para un nuevo "huracán" que amenaza con desquiciar a la Ciudad de México: El Gran Premio de la Fórmula 1.
Si a usted le gusta este deporte, haga caso omiso de esta colaboración. Pero si es de los míos, de los que piensan que es un show esnobista y mamón, prepárese para una semana de infierno.
Ni los peores vientos, aguaceros, ráfagas, destrucción y soledad con que nos amenazó la "Patucha" tendrán comparación con la vorágine informativa de los próximos días.
Si un chofer de colectivo lo rebasa y se le cierra, no se enoje… Se cree Lewis Hamilton el autóctono volante. Si su novia se para tres cuartos de perfil y un poquito encorvada como si tuviera cólico no se preocupe… Está imitando a las edecanes que ahora se llaman "embajadoras". Si su chavo adolescente mete el coche de reversa no le haga caso… Está en lo pitts.
El autódromo de los "Hermanos Rodríguez" será el epicentro de este millonario circo que es la F-1 y que, ya hablando en serio, es un evento impresionante. Suerte al "checo" Pérez y a su equipo de trabajo.
apbcarter_1@hotmail.com
