Tuve el privilegio de asistir, hace ocho días, a la ceremonia de investidura del Salón de la Fama del Futbol, evento que año con año se celebra en las instalaciones del club Pachuca, concretamente en el "Tuzoforum" y la verdad, resultó impresionante.
La idea de suyo es extraordinaria pero cuando se hace con toda seriedad, se invita a gente del balompié pasado y actual sin distingos de colores y se logra tal atmósfera de cordialidad, el resultado no puede ser más que excelente.
De los nuevos miembros de este selecto grupo, llamó la atención la humildad de Enrique Meza cuando, con lágrimas en los ojos, dijo no merecer tal distinción.
También tuvo su dosis de emotividad lo dicho por Víctor Manuel Vucetich, quien elogió a todos y cada uno de los jugadores de los distintos equipos con lo que ha sido campeón.
El toque de humor lo puso Rudd Gullitt cuando después de los agradecimientos de rigor, cerró con un "sí era penal", festejado ruidosamente por los asistentes.
La sencillez de un Vicente del Bosque, afable, bonachón, no rehuyó a nadie para la foto ni el autógrafo.
Otro que se divirtió de lo lindo y también puso la carne de gallina al recordar su etapa de jugador fue Daniel Pasarella, gran capitán de la selección argentina y entrenador de la albiceleste en el Mundial de Francia 98. Estuvo en el banquillo en el último partido de un servidor en Marsella, cuando enfrentaron a Holanda.
El gran ausente fue Alcides Ghiggia, quien desgraciadamente falleció hace unas pocas semanas, ilusionado todavía con la idea de viajar a México.
Luis Figo tampoco estuvo presente pero mandó un testimonio videograbado bastante sentido y Luis García tuvo también palabras de elogio para la organización.
La cantidad de personas a las que tiene uno oportunidad de saludar es única e irrepetible.
En uno de los grupos estaban el "picas" Becerril, Salvador Cabrera y algunos otros necaxistas que recordaban un incidente acaecido en Veracruz, cuando la directiva de los escualos mandaba abrir o cerrar una puerta ubicada atrás de una de las porterías a conveniencia de su equipo, ya que se filtraba una corriente de aire impresionante.
Mi hermano Eduardo les advirtió a los tiburones: Abierta o cerrada pero los dos tiempos. Hicieron su truco y ¡bolas! Que les para el partido. Les dije: "De por sí estaba medio loco el 'pelón' y ustedes le dieron alas, pues agarró valor".
Don Joaquín Badillo, Enrique Borja, Eduardo Rergis, Luis "matador" Hernández, Raúl Orvañanos, Manolo Lapuente, en fin, no quiero quedar corto pero fueron muchos los personajes presentes en esa noche inolvidable.
Mil gracias a Toño Moreno, director del Salón de la fama y a los dirigentes del Pachuca. Quedé convidado a regresar el año próximo, si Dios me presta vida. ¡Felicidades!
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