Santos Laguna tuvo una semana turbulenta previo al partido de la jornada 13 contra Jaguares de Chiapas. Los que hemos visto aunque sea un momento los entrenamientos de los Guerreros no me dejarán mentir de la intensidad con la que se practica, por momentos parece exagerada, hay entradas muy duras entre compañeros que buscan ganarse la convocatoria para el siguiente partido, barridas, acosos para el que recibe de espalda, ni un respiro se concede cuando entras a zona de gol, así entrenan todos los días y el continuo roce provoca chispas y por consiguiente el fuego.
Varios elementos del primer equipo se vieron involucrados en diferentes incidentes, todos relacionados con reclamos por esta o aquella jugada, Caixinha interviene y calma a los rijosos, pero no les pide que le bajen a la vehemencia con la que se entrenan, al contrario quiere que terminen exhaustos y con la adrenalina a tope. Desconozco si así entrenan los demás equipos de la Liga MX pero con el Santos las cosas son serias a la hora de preparar el siguiente partido.
Después de los incidentes de la semana quedaba la curiosidad de cómo iban a reaccionar ya en la cancha del Corona contra un equipo que deja jugar pero igual en lo que te acomodas ya te marcó goles. Por lo pronto Pedro alineó como pareja de centrales a dos protagonistas del zipi zape de mitad de semana, Néstor Araujo y Carlos Izquierdoz (Alanís por cuestiones familiares no fue convocado) esta pareja se comportó profesionalmente, con sus aciertos y errores (el de Cali para el tercero de Chiapas inexcusable para el Capitán Guerrero) el resto de los compañeros igual, si alguien no se hubiera enterado de los pleititos de la semana observaría lo que sucedió en el campo, un conjunto en busca del mismo objetivo, ganar y mantener la vela encendida contra el viento.
Viendo a los Guerreros anotar cuatro goles y desplegar un agradable futbol contra otro equipo comprometido con el espectáculo, además de que en este partido les iba la vida a ambos, un empate los sacaba de la competencia, alguien tenía que ganar y fueron los laguneros. Pero aquí quiero, si me disculpan, hacer una comparación de un equipo plagado de peleoneros y teniendo como entrenador a un forajido buscapleitos que se llamaba Billy Martin, los Yanquis de Nueva York de 1977 se caracterizaron por sus continuas disputas entre compañeros, llegando al colmo cuando el manager Martin se agarró a golpes en pleno juego y en el dogout contra uno de sus superestrellas Reggie Jackson. Obvio nadie apostaba un centavo por ese grupo de pandilleros, pero ¿qué hicieron al final de la temporada? Ganaron la Serie Mundial y Jackson pegó tres cuadrangulares en el juego seis contra los Dodgers de Los Ángeles.
Volviendo a nuestros Guerreros, Pedro habló de la importancia de canalizar positivamente la energía de sus muchachos, quizás sin darnos cuenta contrató al doctor Buddy Rydell, experto en manejo de la ira (Jack Nicholson en "Anger Management") y el resultado fue fantástico para todos, se volvió a ganar en el TSM después de más de dos meses, Rentería sacó al crack que lleva adentro y la pierna educada de Calderón volvió a lucir y lo mejor, el "Gigante Fresa" despertó y recurrió a la siempre vistosa "ola" .
La clasificación sigue viéndose remota, pero el próximo domingo en CU donde se ganó la última vez que se visitó "El Pedregal" una victoria metería ahora sí y contra toda probabilidad de lleno a este equipo bipolar en la pelea. Ahora si se trata de desahogarse a golpes en los entrenamientos para meter cuatro goles en el siguiente partido, pues que se arme y a gritar "¡Hay tiro señores, hay tiro!" como diría el César del boxeo.
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