Y se fue Pedro, el técnico campeón defensor confiesa que emocionalmente ya no estaba apto para dirigir a Santos Laguna, dio todo y se quedó vacío con el último exabrupto, su expulsión del viernes pasado. Nadie como él para estudiar el juego, nadie como él para diseñar horas, días, semanas y torneos. Nadie como él para conocer a sus rivales. Pedro también es un intolerante ante la derrota, él confiesa su animadversión a perder, odia ser superado y no puede contenerse ante lo que él considera una injusticia, de carácter y personalidad fuerte y dominante, molesta a los de mente cerrada incapaces de discernir y rechazar todo ante la novedad que significa alguien diferente.
Sólo la CONCACAF Liga de Campeones le quedó pendiente al portugués y el deseo largamente acariciado por él y la directiva de ir a un mundial de clubes, lo demás lo ganó todo, a su estilo y a sus modos, analítico o iracundo según se requiriera, sacudió por un momento al futbol mexicano por sus declaraciones en las que afirmó que competía en una Liga y en un país xenófobo. En casi tres años Pedro puede irse satisfecho de dejar su huella bien impresa en la historia del Club Lagunero.
Tuve la oportunidad de platicar varias veces con Pedro y siempre hablamos desenfadadamente. Afable y cortés, bromeábamos seguido y cuando le cuestionaba algo nunca rehuía el tema, claro difícilmente lo agarrabas fuera de base, siempre lo que habla lo sustentaba con bases, números y estadísticas varias. Obvio, no siempre tiene la razón aunque él lo crea.
Todo se puede decir de la gestión de Pedro, pero nunca fue tedioso e institucional en el sentido de guardar las formas de la mayoría de los entrenadores en nuestro país, Caixinha siempre fue políticamente incorrecto, echado para adelante sin medir consecuencias, se puede convertir en un toro, embistiendo a propios y extraños.
A pesar de su temperamento que lo traiciona y que deberá de controlar, hacerle al Dr. Jekyll and Mr Hyde no es sano. A pesar de sus arrebatos Pedro es y será una persona educada, su salida del club fue de lo más civilizada y tranquila, se podría decir de común acuerdo aunque del lado de la directiva y jugadores de inicio no estuvieron tan de acuerdo, después de la derrota ante el América los futbolistas intentaron hasta las dos de la mañana convencer a Pedro, "no eres tú Pedro somos nosotros" pero el portugués ya lo había decidido con calma pasmosa. La directiva santista se negaba a tomar su renuncia, "medítalo Pedro, consúltalo con la almohada", nada, el reloj de Pedro marcó el final del ciclo, Caixinha sintió que lo que tenía para darle a Santos Laguna simplemente se le agotó, lo deja en cuarto lugar de la porcentual, aportó un buen número de trofeos y una metodología de trabajo a la cual se le deberá de dar continuidad. Se acabó, hasta luego portugués, a pesar de todo se te estima y se te respeta. Boa sorte Pedrinho.
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