Si algo faltaba para rematar este torneo de locos de Santos Laguna, agréguenle el hecho de tener en funciones a un técnico que presentó su renuncia en la jornada catorce (su quinto fracaso seguido en intentar ganar en casa) y le fue aceptada, pero con la condición de concluir la competencia a como diera lugar. ¿Razones? Que sus futbolistas de plano no lo aceptaban ni lo iban a aceptar, que los argentinos son más grillos que Mauricio Macri y Daniel Scioli juntos, que Don Pako no era ni cercano al ritmo de trabajo demencial del obsesivo portugués que estaba al pendiente de "sus hijos" 24/7, que el schock de cambio técnico simplemente rebasó la capacidad de discernimiento de los esforzados atletas, "¿Pues qué les pasa muchachos?" les habrá preguntado algún directivo, "pos la neta, como que no nos hallamos con este mister" habrán respondido.
A una jornada después de la supuesta renuncia de Ayestarán, la jornada quince, los laguneros visitaron a los poderosos Tigres y se esperaba la goleada, y así iban las cosas hasta el minuto setenta y de repente los desahuciados Guerreros decidieron que valía la pena "regalarle" a Don Pako una bravía reacción y al 92 volvieron a frustrar a la afición Tigre al igualar el marcador a dos goles con el consiguiente odio ya recalcitrante de la parcialidad felina y de Ferreti que simplemente sus intentos de ganarle al Santos ande como ande resultan desesperantemente estériles. Otro ejemplo: si tu nuevo entrenador te resulta por decir lo menos, antipático, ¿porque protagonizas un partido cercano a lo perfecto en el Pirata Fuente contra los que en ese momento eran de los mejores tres locales? Si los Guerreros no pierden en Guadalajara habrán hecho un "campañón" de visitantes, con solo una derrota en ocho partidos y con la probabilidad de ganar cuatro encuentros. El problema es la deshonrosa campaña en Torreón, en estos momentos Santos es el último lugar de la tabla y solo Dorados puede evitarle al campeón defensor la enorme humillación de terminar en la cola. La única buena noticia es que el partido contra Chivas se juega a 725 kilómetros del TSM, distancia suficiente para la transformación de los jugadores santistas, que pasan de ser unos villanos que le hacen la cama al Vasco en la Comarca, a solidarios y ejemplares trabajadores cuando la cosa es foránea.
Como diría el personaje teutón de Eugenio Derbez, "que alguien me explique". "Te odio y deseo que te corran, pero nada más de local, porque de visitante cuentas conmigo" El vestidor "roto" solo es el del TSM Corona porque de visita todos están en perfectas condiciones, una locura.
La contratación del vasco Ayestarán resultó un fracaso, cercano a lo sucedido con Diego Cocca, el apuesto argentino llegó de relevo de Romano en el Clausura 2011 y para abrir boca perdió cuatro seguidos, cerrando decorosamente ganando cuatro de los últimos seis, pero en el Apertura de ese mismo año solo soportó siete partidos y se fue, llegó Benja Galindo que un torneo después le entregó la cuarta estrella a los Guerreros.
Afortunadamente este Apertura de los mil demonios ya se termina, diez días de vacaciones y a reportar, para enderezado, anillada, medio motor, cambio de llantas, aceitada, etcétera, este vehículo quedó hecho un fiambre y la ingienería será mayor, Santos no es un equipo para sobrevivir y luchar por la permanencia , es un equipo que participa para ganar títulos y aquí es conveniente reivindicar a la Casa del Dolor Ajeno, el nuevo Corona donde en sus seis años de vida en cada uno de ellos los Guerreros han protagonizado una final, es un equipo importante y de gran trascendencia en nuestro país. Confiamos que el señor Irarragorri y su equipo regresen de inmediato a este equipo a donde pertenece y que el Apertura 2015 sea recordado solo como un mal chiste.
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