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La difícil gobernanza

FEDERICO REYES HEROLES

Podría parecer una elección de trámite: compiten seis fuerzas políticas, dos muy minoritarias, en un régimen parlamentario. De las cuatro mayores agrupaciones dos se definen como de izquierda, dos como de centro derecha. Ninguna alcanza la mayoría absoluta -176 escaños de 350- por lo cual la formación de gobierno deberá ser negociada. Al tratarse de una monarquía, existe el apoyo del Jefe de Estado que convoca a consultas. ¿Cual es la novedad, por qué tantas especulaciones? Veamos.

Lo primero es la aritmética, el sistema bipartidario español se sacudió. En 1982 el PSOE rebasaba el 48 % de la votación. En 2015 obtuvo el 22.02 %. En 2011, el PP conquistó casi el 45 %, ahora no llegó al 29 %. Juntos perdieron 5.2 millones de votos, apenas superan el 50 %. Tuvieron más del 80 %. Severa condena. En paralelo dos fuerzas políticas inéditas surgidas del hartazgo por la corrupción, las ineficiencias, el desempleo y demás superan el 25 %. Tal es la desesperación que los electores tomaron el riesgo de apostar por la frescura sin experiencia. El hartazgo está más allá de las ideologías. Tan es así que Ciudadanos, en teoría afín al PP, ha rechazado la posibilidad de una alianza de gobierno. ¿Y entonces? Hay más complicaciones.

Aun suponiendo que Ciudadanos cediera, sus 40 escaños no alcanzan para formar mayoría. El PP necesitaría aliarse con sus rivales ideológicos. Ha ocurrido en otros países, Italia por ejemplo. Por su lado las izquierdas unidas tampoco alcanzan mayoría. Podemos -tercera fuerza nacional en cuatro años- ha puesto desde hace tiempo condiciones muy claras: una Constitución renovada que conduzca a una reforma electoral, en ella deberá contemplarse una moción de censura para remover al Ejecutivo. Además Podemos exige blindar en la Constitución los derechos sociales y apunta al reconocimiento del carácter plurinacional de España, todo un expediente.

Sánchez del PSOE acepta que Rajoy del PP "intente" formar gobierno. Rajoy acepta: "intentaré". España mira a Portugal donde los vencedores, la derecha, no llegaron al poder. En su lugar gobierna una coalición tripartita de izquierda. Los desfiguros democráticos están a flor de piel: a) las minorías imponen sus criterios a las mayorías b) no gobierna la primera minoría sino la coalición de los otros. Giovanni Sartori lo vio venir con claridad. En ese gran texto que es la Ingeniería Constitucional Comparada habló de "intercambios indebidos". La democracia es negociación pero, ¿cuáles son los límites doctrinarios? El problema del "mercado de las vacas" -como lo llaman en Italia- no estriba en el sistema electoral, sino en que haya "vacas disponibles" dice.

Llegó lo nuevo y es de festejarse. Lo viejo, para bien y para mal, no se fue. Allí está instalada y desnuda la corrupción de populares y socialistas. Podemos y Ciudadanos no quitan el dedo del renglón y eso rejuvenece y, a la larga, fortifica a España. El problema es llegar a ese largo plazo, para ello hay que gobernar hoy con instituciones. El Rey está llamado a jugar un papel central. Según el artículo 99, Felipe VI deberá proponer candidato a la Presidencia del Gobierno. Si el candidato obtiene mayoría absoluta, se le inviste de inmediato. De no ser así, en 48 horas se efectúa una nueva ronda. Se busca la mayoría simple: más votos a favor que en contra. Si en dos meses nadie la consigue, se disuelven las Cortes y se convoca a nuevas elecciones.

Apasionante el reto. De España se desprenden lecciones. El elector disolvió partidos mayoritarios que se alternaban en el poder. Y ahora, cuál es la alternativa viable, ¿Coalición PP-PSOE? Los desfiguros merodean. Esto en un sistema parlamentario diseñado para negociar. Pero, de nuevo Sartori, en los regimenes presidenciales es más grave, pues no digieren la multiplicación de partidos. En esas está México. El desprestigio partidario aquí es brutal. Las campañas de los "70 años de mal gobierno" o los 76 de "son la misma porquería" más los escándalos de la gestión de EPN, han tenido un efecto devastador. Da lo mismo, todos los partidos son corruptos, es la lectura y no les falta razón. El elector mexicano está buscando.

Los independientes son un derecho y una útil válvula de escape, pero no cuentan con un andamiaje de gobierno: legisladores, disciplina, proyecto y doctrina común, aparato, etc. El vacío está siendo llenado en España (Iglesias y Rivera) y en México (AMLO, Clouthier, el "Bronco" etc.) por figuras personales que sustituyen a las instituciones. Es una medicina riesgosa. Gobernar es un ejercicio incómodo. En España les llegó la hora. Allá le dicen "gobernanza", capacidad de gobierno. Lo fresco, Ciudadanos y Podemos están a prueba. Desplazar es sólo el primer paso. Triste sería verlos regresar al bipartidismo buscando institucionalidad.

¡Felicidades!

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Escrito en: Federico Reyes Heroles

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