Se ha robado la atención de muchos. Si un común de por acá del norte mexicano se le ocurre meterse a mirar su Facebook, sobrarán aquellos contactos que si bien para el usuario en cuestión sólo son amigos del "face" -pues lejos han estado del acontecer público- hoy no pierden la oportunidad de reenviar a su red las acciones, los discursos y los presuntos hechos del hoy gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez "El Bronco".
El gobernador de Nuevo León hoy es una especie de "vengador ciudadano" de todos los excesos que cada vez con más frecuencia los ciudadanos de a pie miramos en los diversos medios de comunicación, y eso ha creado un entusiasmo para aquellos que ven al "Bronco" como una esperanza de algo así como una liberación.
Jaime Rodríguez se desligó del PRI luego de 35 años de militancia. Fue alcalde del municipio de García en su estado en los tiempos más álgidos de la descomposición social que sufrió México en el segundo lustro del nuevo milenio recién inaugurado (léase 2006-2010, cuando Felipe Calderón le declaró la guerra al narco y eso destapó la peor ola de violencia en la historia del México contemporáneo) y sufrió, pero sobre todo, enfrentó frontalmente al crimen organizado que asolaba a su estado y a su municipio, y supo salir avante, aunque en la confrontación tuvo que afrontar la peor de las penas, que es la de perder a un hijo.
Aun así continuó su lucha que lo llevó a convertirse ahora nada más y nada menos que en gobernador.
Nadie duda del logro del flamante mandatario neoleonés, quien ha roto en el país un paradigma y supo llegar a la gubernatura de un estado tan importante económicamente hablando como lo es Nuevo León, por la recién instaurada vía independiente, es decir, sin siglas de partido político atrás de él.
El arribo de este bravo personaje a la máxima magistratura de una entidad tan relevante como lo son los vecinos al oriente de Coahuila, se dio como siempre en las circunstancias que acompañan a un campanazo relevante en la política, y "El Bronco" es el caso más fresco de ello.
Sin siquiera tratar de hacer una descripción precisa del estado, Nuevo León es una demarcación que goza de características por todos conocidas. Sus habitantes son emprendedores y visionarios; arriesgados; líderes ciudadanos en creación de empresa, entre otras virtudes. Pero de igual forma es un estado que aunque cuenta con una extensión territorial considerable, la zona metropolitana de Monterrey incluye a San Pedro Garza García, el más rico municipio per cápita en México; lo que lo convierte en un estado eminentemente urbano y compacto, y por ello, en una comunidad donde los intereses, costumbres e incluso medio ambiente y hasta clima, hace que se constituya una sociedad mucho más homogénea. Así surgió su característica precisa.
La recién concluida administración fue encabezada por Rodrigo Medina, un joven político que en seis años endeudó exponencialmente a su estado, llevándolo al final de su sexenio a acumular un monto de más de 60 mil millones de pesos, cuando al tomar las riendas del estado la deuda estatal era por mucho un asunto menor.
Más allá de eso, el entonces gobernador Medina fue señalado en participar en francos actos de corrupción y de enriquecimiento a costa del pueblo. El ramo inmobiliario fue a voces de todos un sector en el que el exgobernador Medina amasó fortuna, mientras las arcas del estado se desmoronaban por el abierto saqueo delincuencial que vivía.
A esa circunstancia habría que agregarle que el PAN de Nuevo León y el nacional ha dado ejemplos de que también tiene corruptos, por ello abrió la posibilidad del triunfo de un independiente como Rodríguez y máxime en una sociedad urbana y homogénea que con acceso mayoritario a medios de comunicación no sometidos, fueron factores que abonaron al estrellato del flamante "Bronco".
Y vaya que desde que asumió al cargo ha seguido en esa tesitura sin igual en el argot político. Apenas Medina le transfirió el poder, "El Bronco" en su discurso hizo alusión a que perseguiría a aquellos que saquearon su estado en la administración recién concluida, estando presente el mismísimo secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
En un arranque de liberación, "El Bronco" tiene para todos, y en eso se refirió al gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, a quien llamó que quizá sea manso y celoso, a lo cual el gobernador Moreira respondió con cautela diciendo que no estaba enterado de las declaraciones de su vecino, pero dijo que con Nuevo León tendrá una relación institucional y que atenderá a Rodríguez cuando éste lo solicite. El gobernador coahuilense es claro que es de sangre y respondón, lo ha hecho con Durango, pero cuando se trata de Nuevo León la cosa es distinta. Los hechos al tiempo hablarán.
Sin embargo, más allá de toda la historia del "Bronco" y hasta de su encontronazo gratuito con Rubén Moreira, a quien el primero llamó al segundo manso, lo que urge es desatar una fiebre ciudadana que obligue a nuestros gobernantes a servir al pueblo que los eligió y al menos no vuelvan a suceder casos como el de Medina en Nuevo León o como los del profesor y Jorge Torres en Coahuila.