El conflicto suscitado entre el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de la ciudad de Torreón (Simas), con la empresa Ecoagua de Torreón (Ecoagua), relativa al contrato de concesión para la construcción y operación de la planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad, ocupa un primer nivel de atención del público, dada la importancia del tema de que se trata.
Como es del conocimiento, el pasado diecinueve de enero el gerente de Simas rescindió de manera anticipada el contrato de concesión referido, por incumplimiento que atribuye a Ecoagua, empresa a la que Simas le imputa un presunto incumplimiento histórico, respecto a la calidad del agua tratada que resulta de la operación de la planta.
El contrato fue celebrado en el año de 1999, aunque la planta comenzó a operar casi dos años después, por lo que en el transcurso del tiempo han pasado cinco administraciones municipales incluida la presente. La operación de la planta es a partir de las aguas residuales que Simas recupera del drenaje de la ciudad, con la obligación de entregarlas a Ecoagua de acuerdo a un rango de calidad determinado por las partes en el contrato, y Ecoagua las procesa en planta para regresar esas mismas aguas ya tratadas a Simas, conforme a un rango determinado de calidad, para un nuevo aprovechamiento. Así ha funcionado durante quince años.
El meollo del conflicto, atañe a que mientras Simas asegura que nunca ha recibido de Ecoagua el líquido en la calidad requerida de acuerdo al contrato y en ello sustenta la rescisión, Ecoagua argumenta que tal deficiencia, obedece a que Simas tampoco le ha entregado el agua en la calidad que se obligó a proporcionar como materia prima, lo que implica un mal funcionamiento de origen que tiene como resultado que si bien el agua negra es proporcionada por Simas y Ecoagua la somete a un procedimiento de tratamiento y la regresa a disposición de Simas para nuevo aprovechamiento, los niveles de calidad del líquido proporcionados por una y otra parte, nunca han sido satisfactorios.
Lo anterior indica la existencia de un problema técnico de origen y a ello obedece que durante las administraciones que precedieron a la presente desde Salomón Juan Marcos hasta los dos primeros años de Eduardo Olmos, se mantuvieran los pagos determinados por las partes (Simas y Ecoagua) en base a una serie de sucesivas negociaciones, lo que indica que las reales o presuntas deficiencias de calidad, nunca habían ocasionado un problema económico y consecuente falta de pago.
El caso es que los dos últimos años de la administración de Olmos y en lo que va de la presente, Simas dejó de pagar a Ecoagua como dejó de pagar muchas otras deudas, sin ofrecer explicación alguna a los ciudadanos. Al mismo tiempo Simas siguió cobrando en números redondos setenta millones de pesos a los usuarios torreonenses por concepto de saneamiento cada año y continuó recibiendo en números aproximados catorce millones de pesos anuales en participaciones federales por el rubro de saneamiento de aguas residuales, más lo que haya obtenido el propio Simas de la venta de las aguas tratadas. ¿En dónde está todo ese dinero?
Ecoagua ha llevado el caso a los juzgados federales por medio de un juicio de amparo, en el que un Tribunal Colegiado ha ordenado la suspensión provisional de los efectos de la rescisión hecha valer por parte de Simas, mientras se analiza el asunto de fondo, en el que se determinará a cuál de las partes asiste la razón.
La ciudadanía de Torreón está atenta a lo que ocurra en el litigio referido, porque los Tribunales Federales fueron creados como salvaguarda de los Derechos Constitucionales de los Mexicanos y como tal, hoy ofrecen la oportunidad de que los torreonenses nos enteremos de la verdad, que en forma persistente nos niega la administración municipal opaca que encabeza Miguel Riquelme.
