Retirada del mundo de la vela, Florence Arthaud preparaba una regata por el Mediterráneo. (EFE)
Mucho más mediática y conocida en Francia la regatista Florence Arthaud, de 57 años, era un símbolo de superación, de conquista de terrenos vedados a las mujeres.
En 1990 se convirtió en la primera mujer -y la única por el momento- en ganar la Ruta del Ron, una de las regatas en solitario más duras y prestigiosas del mundo, un triunfo que le otorgó fama y gloria lejos de los barcos, donde se movía como pez en el agua.
ICONO DEL FEMINISMO
Apodada la "novia del Atlántico", hija de una adinerada familia de editores parisienses, Arthaud es considerada en Francia como un icono de la vela y del feminismo. Aparecía en los medios, escribió varios libros e, incluso, grabó algunas canciones junto a Pierre Bachelet.
Encontró la muerte en Argentina tras haberla esquivado en varias ocasiones. La primera cuando, con 17 años, un accidente de coche la sumergió durante meses en el coma y la dejó medio año paralizada y desfigurada.
Una prueba de la que salió completamente transformada y con la fuerza suficiente para afrontar otro tipo de vida del que le prometía su familia.
En 1986 volvió a coquetear con la muerte cuando, en plena Ruta del Ron, acudió a rescatar a otro marino en medio de una gran tempestad que estuvo a punto de tragarse a ambos.
Hace cuatro años, cuando navegaba sola por aguas del Mediterráneo, cayó al agua y vio cómo el barco se alejaba. Salvó la vida gracias a un teléfono móvil impermeable que había comprado unos minutos antes de embarcar.