La nueva página
No son puntos suspensivos ni punto y seguido ni siquiera es un punto y aparte. En materia de derechos políticos de las mujeres, ¡se escribe una nueva página!
El 17 de octubre celebramos 62 años del reconocimiento legal del derecho a votar de las mujeres mexicanas. Y de entonces a la fecha mucho hemos caminado.
No fue fácil que se reconociera nuestro derecho a votar. Podían votar los analfabetas, hombres. Pero a nosotras nos decían que no estábamos preparadas. Podían votar los hombres más conservadores. Pero a nosotras nos decían que no, porque el cura nos ordenaría por quién votar. En fin, desde 1917 podían votar todos los hombres y ninguna mujer.
Finamente, gracias al trabajo que desde el siglo XIX realizaron muchas mujeres, un 17 de octubre de 1953 se nos consideró legalmente ciudadanas. Una nueva página se abría. Y con ella los puntos suspensivos hicieron su aparición, porque pudimos votar, pero ser electas resultó ser otra historia.
En ese tramo, legisladoras en alianza con feministas lograron reformas legales. La primera ley de cuotas de género data de 1996 y fue reformada en 2002 y en 2008, siempre con la pretensión de garantizar que los partidos políticos postularan mujeres, primero en 30 y luego en 40 por ciento de candidaturas propietarias.
Esa etapa significó escribir la historia con puntos suspensivos y con puntos y seguido, porque los partidos encontraron la manera de no cumplir la ley o de cumplirla a medias. De manera que la presencia de mujeres avanzaba en un proceso electoral y retrocedía en el otro.
Pero en 2009, tras el fraude a la ley que cometieron los partidos al postular mujeres que, una vez electas, solicitaron licencia para dejar el cargo a sus suplentes, hombres en todos los casos, el punto y aparte se escribió.
Mujeres de casi todo el país nos organizamos en la Red Mujeres en Plural para trabajar coordinadamente por la paridad. Y en el proceso electoral de 2012 se interpuso un juicio, que dio lugar a la sentencia 12624 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Esa histórica sentencia le quitó a los partidos la posibilidad de no cumplir con la ley de cuotas. El muro de la exclusión comenzó a ser derribado. Y en ese minuto abrimos la nueva página, una en la que mujeres y hombres demócratas hemos escrito mucho en los últimos dos años.
Se legisló la paridad en nuestra Constitución. En las leyes secundarias se estableció que debe postularse en paridad para las cámaras federales y para los congresos estatales; fórmulas del mismo sexo, alternancia en las listas de representación proporcional, entre otras.
Además, sendas sentencias y grandes jurisprudencias abrieron la puerta para que los partidos postulen en paridad vertical y horizontal en sus candidaturas a los ayuntamientos, y garantizan la posibilidad de que cualquier mujer demande si algún partido incumple la ley.
Por si fuera poco, se reformó la Constitución para garantizar que los Usos y Costumbres, no estén por encima de la paridad.
Así llegamos al 62 aniversario del voto de las mujeres. Escribiendo una nueva y luminosa página. ¡Celebremos! ¡Celebremos en grande! ¡Agradezcamos a las mujeres que nos permiten hoy estar frente a la paridad!
Otro día hablamos de los obstáculos y las resistencias. Hoy, ¡celebremos!
Correo-e: cecilialavalle@hotmail.com
