ENTRADA.- Históricamente y en cualquier democracia o sistema político, el partido en el poder como ordena toda lógica, mantiene y debe mantener una relación estrecha con el titular del poder ya sea éste presidente o jefe de estado y con muchísima más razón cuando aquél surgió de sus propias filas.
Un candidato a la presidencia de la república de cualquier partido funda su campaña electoral precisamente en base al programa de acción del partido que lo postuló.
Son estos postulados o programas de acción los que normaran sus actos de gobierno, para poder dar así cumplimiento a las promesas y compromisos pactados.
SOPA.- Por otra parte, el partido que postuló al candidato y ganó, tiene a su vez la ineludible obligación de ver que aquél cumpla con el programa de acción del partido. Es ahí donde surge precisamente "la saludable cercanía". Con ello no es regresar al pasado (siempre ha sido así) sino a un sistema lógico y de congruencia política.
PLATO FUERTE.- Fue el presidente Ernesto Zedillo quien inventó la llamada "sana distancia". Con ello pintó su raya frente al partido que lo llevó al poder y como consecuencia, también frente a los ciudadanos que habían votado en él. La consecuencia de esa política errónea fue que en la siguiente elección el PRI perdió la presidencia de la república.
La "saludable cercanía" no puede ser calificada en sí misma como indebida, perversa, malsana o práctica inconveniente dentro de cualquier régimen político. Todos los partidos en el poder la han y la siguen practicando. Es una manera institucional como el partido en el poder cuida el rumbo del presidente a fin de que aquél se apegue a los programas políticos del propio partido, esto sin dejar que el presidente gobierne para todos.
A lo largo de 80 años el PRI ha sabido sobrevivir en una país convulso, un mundo cambiante y complejo. El PRI no es ni ha sido un partido forzosamente democrático dicen muchos priistas, pero tampoco tiene que serlo. Ninguno de los partidos que existen o han existido históricamente en México ha sido democrático. Los hay oligárquicos de un solo hombre como Morena y movimiento ciudadano. Los hay que son verdaderas pandillas electorales como el PT, el Verde, los esmeralda, las facciones de grupos fracturados (las famosísimas tribus) de manera permanentemente como el PRD o de camarillas de poder que pelean las cúpulas para los famosos "moches" como el PAN. Lo curioso es que los opinadores nunca le han exigido a estos partidos que sean democráticos.
La falta de cultura y espíritu democrático parecen ser nuestro ineludible destino como nación, ello debido a nuestra tan peculiar y curiosa idiosincrasia. Parece ser que históricamente a los mexicanos no se nos puede dar la democracia.
El PRI es finalmente una gran alianza de fuerzas e intereses políticos, sindicales, corporativos, campesinos, empresariales y económicos que durante más de 80 años ha sabido con inteligencia adecuarse a los cambios del país y del mundo, evitando los encuentros violentos entre los diversos grupos de la sociedad en la búsqueda del poder. Esto ha permitido a los mexicanos sobrevivir más o menos en paz y creciendo económicamente casi un siglo, superando de esta manera 150 años de continuas revoluciones y asonadas. Como dijo alguna vez Don Fidel Velázquez con aquel enorme sentido del humor que tenía: el PRI no es inmortal es "inmorible".
POSTRE.- Vergonzosa y ridícula la actuación de la Procuraduría General de la República en el caso del estudiante Oscar Álvaro Montes de Oca a quien la línea aérea Avianca le sembró una maleta con droga. Esta no es la primera vez que un despistado pasajero es usado como "burrero" por esa línea aérea.
Con una diligencia digna de mejor causa, agentes aduanales, ministerios públicos y un juez federal mexicano, en solamente 48 horas, mandaron preso y rapado al inocente estudiante hasta un reclusorio en Tepic.
Uno se preguntaría: ¿hasta cuándo el gobierno federal cancelará los vuelos de la línea Avianca en México. Se trata de delincuentes especializados del crimen organizado que en colusión con empleados, maleteros, funcionarios, agentes aduanales, policías de Colombia y los bandidos locales que están incrustados en el aeropuerto de la ciudad de México, son los que han hecho del tráfico de drogas su modus vivendi.
Si el empeño que puso la PGR en contra de Alvarado Montes lo pusiera en la persecución de los verdaderos delincuentes que se pasean sonrientes por todo el país, este México sería otro y muy diferente, pero parece que la justicia tampoco se nos da a los mexicanos.