(Título original del novelista Mario Vargas Llosa)
Mientras no aparezcan los desparecidos no puede cerrarse el pavoroso caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa; el crimen es imprescriptible.
Fue el Presidente de la República quien solicitó la coadyuvancia del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) -avalado por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos- para "investigar la investigación" de la PGR y aclarar la "verdad histórica" sembrada en su momento por el exprocurador Jesús Murillo Karam.
Para los expertos internacionales, esa "verdad histórica" torna en una verdad sospechosa.
Según el primer informe de 500 páginas elaborado por el GIEI, es científicamente imposible que los cuerpos de los 43 normalistas hayan sido calcinados en el basurero municipal de Cocula. El peruano José Torero, perito en incendios de la Universidad de Queensland, Australia, rechaza la afirmación de la PGR; no descarta la incineración de los cadáveres en otros lugares, y en otras condiciones…
Otra contradicción: la PGR sólo había mencionado la participación de policías municipales de Iguala y Cocula; el informe divulgado el domingo pasado concluye que también habrían intervenido fuerzas federales y militares.
Grave discrepancia es un "quinto autobús", detenido por la Policía Federal la noche del 26 de septiembre del año pasado, hecho mencionado en la averiguación previa de la Procuraduría de Guerrero, desestimado -inexplicablemente- por la PGR. El informe sospecha que se trató de una maniobra premeditada para encubrir a los federales y cargar la culpa sólo a policías municipales en un hecho que apunta al tráfico de heroína de Guerrero a Chicago, en Estados Unidos.
El Gobierno Federal se traga el sapo a la mitad de una profunda crisis de credibilidad; no queda de otra para evitar un desprestigio mayor.
El presidente Peña Nieto acepta reunirse -otra vez- con los padres de los desaparecidos; instruye a la PGR a realizar nuevos peritajes… y autoriza al GIEI extender su misión medio año más -así nos cueste otro millón de dólares- para buscar donde no se ha buscado, y llamar a cuentas a quienes hasta hoy han quedado impunes.
¿La "verdad histórica" de la tragedia de los 43 normalistas es "mentira histórica"?
EL MONJE LOCO
¿Dónde queda la verdad sin adjetivos que debe ser enunciado preciso de una realidad incontestable? ¿El exalcalde de Iguala -José Luis Abarca- y su señora fueron oportunamente demonizados para cargarles todos los muertos y todas las cenizas?
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