pierdes la oportunidad de cambiar".— Robert Anthony
La culpa no es del presidente Enrique Peña Nieto ni de su secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong. Tampoco en 2001 fue de Vicente Fox ni del secretario Santiago Creel. La responsabilidad real en las fugas del "Chapo" Guzmán le corresponde a una fallida guerra contra el narco que le ha dado poder y recursos extraordinarios a quienes se dedican al comercio ilegal de las drogas. No tiene sentido buscar chivos expiatorios si no se trata el tema de fondo. La guerra contra las drogas ha generado las consecuencias previsibles de una prohibición de productos de alta demanda. No sólo no ha reducido ni el flujo ni el consumo sino que ha elevado los precios de manera artificial. Esto ha generado una rentabilidad extraordinaria y ha producido episodios de violencia que se han saldado con la muerte de quizá 100 mil mexicanos. El poder y la riqueza del "Chapo" Guzmán y de otros capos del narco son consecuencia directa de la prohibición.
Quizá la PGR mexicana, con el apoyo que está obteniendo del FBI y de la DEA, encuentre al "Chapo" Guzmán. La recaptura del sinaloense se ha convertido en un objetivo obsesivo de un gobierno mexicano que se siente humillado. Pero la recaptura, si tiene lugar, no resolverá nada. El problema de fondo no es "El Chapo" ni ningún otro narcotraficante. Es la prohibición.
México no puede seguir cerrando los ojos a la realidad. No hay dinero ni sistemas de seguridad ni medidas contra la corrupción que puedan dar resultados mientras se mantenga la prohibición. Estamos peleando una guerra condenada al fracaso.
En otros países del mundo se están empezando a tomar medidas graduales para eliminar la prohibición. En Europa occidental hay una actitud cada vez más abierta hacia el consumo e incluso hacia el comercio de las drogas. En los Países Bajos hay una política de tolerancia por lo menos en ciertas zonas. En Portugal se ha decretado una virtual despenalización, incluso de las drogas duras, con resultados muy positivos. En toda Europa se ha reducido la intensidad del combate a estas sustancias.
En algunos estados de la Unión Americana se han legalizado el consumo y el comercio de la marihuana, mientras que Washington, que mantiene la prohibición federal, ha decidido no tomar medidas en contra de los gobiernos estatales que no aplican la prohibición. Muchos más estados permiten ya el uso y cultivo de la marihuana para propósitos medicinales.
Algunos presidentes mexicanos y de otros países que combatieron el consumo de drogas durante sus mandatos se han pronunciado después a favor de la legalización de las drogas ya sea parcial o total. Éste es el caso de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox, pero también de Fernando Henrique Cardoso de Brasil y César Gaviria de Colombia. Incluso Felipe Calderón, quien fortaleció más que nadie la guerra contra el narco, reconoció al final de su sexenio que si no hay una disminución en la demanda será necesario buscar soluciones de mercado.
Personajes importantes de la vida intelectual y académica de México y el mundo, como Mario Vargas Llosa, Juan Ramón de la Fuente y Julio Frenck, han defendido abiertamente la despenalización. El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, sostiene que en lugar de gastar 20 mil millones de pesos anuales en la lucha contra las drogas sólo para encarcelar a jóvenes hay que usar ese dinero para apoyarlos.
El gobierno mexicano debe aceptar que el uso de drogas es un problema de salud pública que se combate con programas sociales y no con represión violenta. Mientras persista la prohibición, México seguirá sufriendo enormes niveles de violencia y enfrentando a criminales, como "El Chapo", que tienen el poder y el dinero para corromper o intimidar a casi cualquiera.
RONDA UNO
La idea de que bastaba con ofrecer campos para la explotación petrolera para que se generaran compromisos de inversiones privadas multimillonarias en México ha caído por tierra. Ayer sólo se adjudicaron dos de 14 campos. Habrá que esperar las próximas rondas. Ésta ha sido decepcionante.
Twitter: @SergioSarmiento