Felicidad. El presidente viajó a Tapachula para hablar sobre la ley y las zonas económicas; además se tomó selfies.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, presentó ayer una ley que busca crear las tres primeras zonas económicas especiales de un plan anunciado en 2014 para luchar contra la pobreza de la franja sur del país, cuyo subdesarrollo contrasta con la pujanza del centro y el norte.
"La ley que propongo permitirá definir espacios geográficos que ofrezcan un entorno favorable para la instalación y desarrollo de empresas e industria a partir de incentivos, ventajas competitivas y condiciones de certidumbre a inversionistas", dijo el mandatario durante la presentación del proyecto.
Fue en un acto celebrado en Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas, uno de los más pobres de la nación y que tiene frontera con Guatemala.
El proyecto, que deberá ser aprobado por el Congreso, donde el oficialismo tiene mayoría, contempla un corredor industrial interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, así como una región comprendida entre los estados de Tabasco, Veracruz, Oaxaca y Chiapas.
También incluye un área que englobará municipios de los estados de Michoacán y Guerrero colindantes con el puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y otra en Puerto Chiapas.
En el futuro, esas zonas económicas especiales beneficiarán también a los estados de Quintana Roo, Yucatán y Puebla, aseguró.
"El objetivo básico es establecer bases legales e institucionales para crear nuevos polos de desarrollo industrial en regiones rezagadas pero que tienen una condición específica común, un enorme potencial productivo", agregó.
El mandatario espera que la norma salga del Congreso "enriquecida y debatida".
Explicó que muchos de los beneficios del plan no se verán "en el corto plazo", si bien el Gobierno que encabeza se ha propuesto que en su Administración, que culmina en 2018, se hayan instalado "las primeras empresas ancla" en estas primeras áreas.
Asimismo, reconoció que las zonas económicas especiales no son "soluciones mágicas", pero sí un "planteamiento serio" para implementar "exitosas" experiencias internacionales para mejorar el desarrollo de estas regiones empobrecidas y de lento desarrollo.
El producto interno bruto (PIB) per cápita del norte del país y la zona del Bajío (centro-norte) ha crecido 47 % en las tres últimas décadas, mientras que en el sur lo ha hecho un 7 % en el mismo periodo, según datos oficiales.
"En el mundo existen más de 3,500 zonas de ese tipo. Donde se han implementado adecuadamente los índices de desarrollo y crecimiento económico han aumentado considerablemente", expresó Peña Nieto, que definió a México como un país de "contrastes", donde convive la "vanguardia" con el "rezago social".
Conforme a las características de cada zona económica, estas ofrecerán incentivos como beneficios fiscales directos a la inversión y al empleo, un régimen aduanero especial, facilidades para el comercio exterior o un marco regulatorio que agilice la apertura de empresas.
Alertan de riesgos
No basta con decretar zonas económicas, sino crear mecanismos que garanticen que todos los proyectos, políticas públicas e inversiones, se cumplan, sostuvo ayer el director del Banco Mundial para Colombia y México, Gerardo Corrochano.
En el mundo existen 3 mil 500 zonas económicas, sin embargo, advirtió el funcionario, muchas de ellas no han funcionado porque no cumplieron con dos puntos clave: el rol del sector privado y los inversionistas, y lograr una visión integral de necesidades.
"Sabemos que las zonas económicas especiales no son una panacea por sí solas. Este tipo de proyectos implica que el Gobierno tome ciertos riesgos que, en el caso de México, se están asumiendo de manera calculada", señaló Corrochano, quien informó que el BM ayudó al Gobierno en el armado de la propuesta.
En estas regiones, consideró, los gobiernos pueden usarlas como laboratorios para experimentar con "reformas profundas e innovadoras", cuya implementación inicial a nivel nacional será muy difícil.