TOMA UNO: ARDERÁ EN LA HOGUERA…
Se ofreció a quemarla, modificarla o tirarla a la basura, cosa que finalmente hizo. Sirvió que todos -ciudadanos, medios de comunicación, clase política y especialistas- hayamos presionado como lo hicimos.
Pero para la imagen de Omar Fayad, senador de la república priista, el daño está hecho. Sea por motu proprio o cumpliendo instrucciones de alguien "de más arriba", el chiste es que Fayad protagonizó el gran oso de la semana.
Vaya papelito el que se aventó el senador proponiendo regular Internet, y sancionar los delitos informáticos mediante una ley chusca, mal redactada y ambigua en sus verdaderos propósitos, que recordaremos como una iniciativa torpe e inviable.
"Francamente es un misterio que el tema haya salido de esa forma, pues cualquier político de medio pelo habría anticipado -particularmente en estos momentos de efervescencia en las redes sociales- que hacer pública semejante intención desataría la ya de por sí exacerbada crítica en los distintos sitios sociales y de comunidades en Internet", opinó la periodista Adela Navarro, y amplía:
"Omar Fayad cruzó la delgada línea que separa la regulación de la censura; se movió en aguas turbulentas de presión gubernamental para tratar de acallar a un universo de voces críticas…"
No es momento de agitar las aguas tan revueltas, y además existe un hecho insoslayable: el actual gobierno es muy sensible a las críticas, delgada la piel ante lo vertido tanto en medios tradicionales como en las redes. La fallida Ley Fayad no es el primer intento de regular contenidos y acotar la libertad de expresión so pretexto de la delincuencia informática y otros temas. Y si no, basta con preguntarle a algunos líderes de opinión y medios no afines al poder en turno. Antecedentes hay, y de sobra…
TOMADOS: A VOLAR, VAMOS A VOLAR…
En las últimas semanas, Andrés Manuel López Obrador elevó ostensiblemente su perfil y apariciones en los medios. El tabasqueño consigue estar en la agenda nacional y genera una amplia conversación en redes sociales.
Andrés polariza. Críticos y detractores siempre terminan hablando de él…
Con su visita al Vaticano donde pudo saludar al Papa Francisco y entregarle una carta, López Obrador fue el primero en obtener la ansiada foto con el Pontífice, inclusive antes que el propio Enrique Peña Nieto.
Mientras los hombres cercanos al presidente aún están en los detalles de lo que será la primera visita del argentino a México, el líder de Morena aventaja en sus oficios con la curía eclesiástica y máximo representante del Estado Vaticano.
Ahora, respecto a la edificación del nuevo aeropuerto capitalino, las declaraciones de Andrés Manuel se cuelan a casi todos los medios de comunicación.
Dice López Obrador que su propuesta alternativa representaría un ahorro de 63 mil millones de pesos frente a lo que estima gastar el Gobierno de la República, y que ha pedido que una comisión especial lo represente en audiencia -sí, leíste bien- con Peña Nieto.
Viable o no, habrá que escuchar lo que propone el grupo de especialistas respaldados por López Obrador. En tiempos donde el dispendio, conflictos de interés y favorecer a determinados grupos es cosa común entre las altas esferas gubernamentales, cualquier proyecto que signifique un ahorro a los mexicanos merece ser tomado en cuenta, no importando de quien venga.
Caló hondo Andrés Manuel. "Creo que este proyecto está hecho para favorecer a las empresas constructoras. No es para el interés nacional, sino en el interés de las empresas", dijo.
Tenga o no razón, existe un antecedente que nos hace sospechar de obras emanadas de la actual administración federal. Se resume en dos palabras: Grupo Higa. Desde ahí se abrió la caja de Pandora y nadie ha podido cerrarla.
Nos leemos en Twitter y nos vemos por Periscope, sin lugar a dudas: @patoloquasto