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Las Palabras Tienen la Palabra

En contra de los contrabandistas

Juan Recaredo

Usted tal vez como yo, tiene o tuvo un amigo al que le decían "Contreras", aunque se apellidara González. ¿Por qué? Porque no podía estar sin dar la contra en todo. Hay gente así.

El prefijo latino "contra" da origen a muchas palabras y ahora le propongo que le dediquemos un minuto a algunas de ellas cuyo significado nos puede ser de interés.

Por ejemplo: el contrabando… ¿Por qué se llama así?, ¿por qué contra y por qué bando?, ¿a qué bando se refiere? Primero, si le parece, vamos a revisar el concepto.

Los artículos que entran al país sin pagar los impuestos correspondientes, se dice que "entran de contrabando". El prefijo "contra" expresa oposición (lo sospeché desde un principio). Lo contrario es lo que está o que va en sentido opuesto, en el otro extremo.

Me acordé del tipo que va por la autopista en "contra del tránsito" y cuando oye por radio el aviso: ¡Cuidado, hay un loco en la autopista circulando en sentido contrario! Voltea a su alrededor y exclama: ¿Un loco? ¡Muchos!

Pero estábamos con la explicación de la palabra contrabando. Todo se explica mejor si sabemos que la palabra "bando" se refiere a un decreto, a una ley, a una orden, no una orden de enchiladas, sino algo que tiene qué hacerse obligatoriamente. Entonces, lo que entra de contrabando es lo que actúa en contra de la ley.

Otra palabra con el prefijo contra es "contrahecho". Por sí misma, más o menos se explica, pero podemos ampliar un poco el concepto si recordamos aquella canción del Sapo Cancionero que vivía soñando junto a su laguna. "Tú te sabes feo y contrahecho…", decía la letra de la canción, y pues sí, de acuerdo con nuestras normas de la estética, el sapo es un animal más bien feíto y "no está hecho con mucha armonía…", por eso se dice que está contrahecho, hecho en contra de lo bello, en contra de la estética o la lógica.

Pero dejemos al sapíto esperando el beso de una princesa para convertirse en príncipe, un apuesto príncipe que apuesto a que no va a tener nada de "contrahecho" y vayamos con el concepto "contraproducente".

Si no te gusta el muchacho que anda saliendo con tu hija, no se te vaya a ocurrir decirle a ella que lo deje porque el efecto va a ser contraproducente. Es decir, que el resultado va a ser exactamente el contrario de lo que tú deseas. Tú le dices a la niña: "No quiero volverte a ver con ese gañán" y la muchachita reaccionará diciendo: "pues si no me dejas, más adrede lo he de hacer. Ahora con más ganas salgo con él..." Así son las muchachas de hoy en día. El caso explica muy claramente el adjetivo contraproducente. Es algo por lo que trabajas tratando de lograr algo y te resulta al revés.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es comodijo2@hotmail.com

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Me llegó un mensaje que dice: Mi nombre es Julio César Kitl Peña, estudio en un Telebachillerato, en Huatusco, Veracruz. Sé de su columna por un profesor que nos la leía, se publica en "El Diario de Xalapa". Mi pregunta es: ¿Que raíces, griegas o latinas, tiene la palabra "Bulimia"?

RESPUESTA:

Me da mucho gusto que los jóvenes se interesen por estos temas. Bulimia es una palabra de origen griego. Viene de BOULIMOS, que significa "muy hambriento". Se refiere a "Ganas desmesuradas de comer, que difícilmente se satisfacen".

Diálogo convenenciero para terminar: EL: Dicen que me amas sólo por la fortuna que me dejó mi padre. ELLA: No querido, a mí no me importa quien te la dejó. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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