No recuerdo si fue en las ruinas de Monte Albán o en las de Mitla. Íbamos mi esposa y yo muy atentos a las explicaciones que nos daba el guía con una aparente seguridad, como con mucho conocimiento de causa, y en un momento determinado, nos acusó a todos los presentes de negligencia porque nacimos y vivimos en México, pero no sabemos de donde viene y qué significa esa palabra. Luego, puso cara de desilusión cuando yo le dije que viene del náhuatl Mexictli, y quiere decir "lugar del ombligo de la luna".
Esa es la versión más difundida y hasta se construyó una leyenda alrededor de ese concepto, diciendo que cuando nuestros antepasados aborígenes llegaron al Lago de Texcoco, la luna se reflejaba como un puntito en el centro del espejo del agua y se veía como un ombligo. De ahí el nombre.
La verdad es que la explicación me encanta, pero ahora mi buen amigo investigador de tiempo completo Arturo Ortega Morán proclama a los cuatro vientos que: "Aquí no hay ningún ombligo" y nos narra "con pelos y señales" una historia que sucedió cuando el siglo XX acababa de empezar el segundo tiempo, en 1962, para ser más precisos.
Dice AOM que una noche abrileña de ese año, el Dr. Gutierre Tibón, italiano radicado en México que dedicaba lo mejor de sus esfuerzos a encontrar el origen de las palabras, ofrecía una conferencia ante los miembros de la Sociedad Mexicana de Geografía Estadística exponiendo su teoría de que la palabra México procede de Me Xi y Ko, que en la lengua aztékatl quieren decir luna, ombligo y lugar, o sea, afirmaba il signore Gutierre, que estaba muy claro que Mexico es "el lugar del ombligo de la luna".
De pronto - como en aquellas películas donde se está juzgando a un delincuente y alguien se levanta de entre el público gritando "Protesto, Señor Juez…", así en la novela de AOP se levanta un señor exclamando: "Aquí no hay más ombligo que el que traemos en la panza…".
El que vociferaba así era el Dr. Juan Luna Cárdenas, para quien la lengua aztékatl era nativa, pues era descendiente directo de esa raza y en relidad lo que dijo fue: "Aquí no hay ningún ombligo", causando la molestia de il signore Tibón, quien contestó en el mismo tono y volumen "Sí que lo hay", como quien dijera "Agüelita de Batman", y para demostrarlo escribió en el pizarrón la sílaba TZX, que según él era donde estaba el ombligo, pero el Dr. Luna Cárdenas en caliente replicó que esa combinación de letras no existe en la lengua aztekatl y lo retó a que le dijera algunas palabras que la contuvieran (la combinación).
Entonces, Don Gutierre no supo qué contestar y se salió por la tangente, diciendo que no era el momento adecuado para hacer un debate, y ya calmados los ánimos, se le invitó al Dr. Luna Cárdenas a que expusiera sus puntos de vista y éste explicó en su oportunidad que Metzico es una rama de la raza Aztekatl que se extendió a lo largo de todo el continente americano y que Metzico es sencillamente el lugar de los Metzikah, los seguidores de Metzitli, aquellos que se encomendaron a la luna, así que, si aceptamos su propuesta tendremos que aceptar que aquí "nada de ombligo".
Escríbale a Don Juan Recaredo:
La dirección de su correo electrónico es comodijo2@hotmail.com
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Marco Páez: Por qué, si a los lugares donde se expende pan se les conoce como panaderías, ¿por qué a los lugares donde se expende gasolina se conocen como gasolinera y no gasolinería?
RESPUESTA:
Por la misma razón por la que en donde venden tornillos se llama tornillería y en donde venden productos de fierro se llama ferretera o ferretería. No hay ninguna regla que determine como debe ser ese nombre.
Termino con una frase de Woody Allen: Ojalá Dios me diera una señal, como hacer un gran depósito a mi nombre en algún banco suizo. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.