Es curioso, pero los jóvenes van formando su propio código para hablar y les divierte mucho que los que están fuera de su generación, no les entiendan. Nada más que los mismos jóvenes luego se quejan: Es que mi jefe no me comprende… Pues, ¿cómo quieres que los "grandes" te entiendan? Tendrías que explicarles, por ejemplo, a tu papá: Mira jefe: chido quiere decir perrón, ¿ves? Apachurro quiere decir que la chava está forra, ¿sí me entiendes, güey? Pues no, el pobre ruco se queda peor que antes.
La verdad es que los "grandes" están muy asustados por la terrible manera de hablar que tienen los jóvenes que sólo saben decir "chido" y "güey" para todo. Si a todas esas personas les dijera que "chido" y "güey" y todos esos vocablos del habla juvenil, están en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), ¿usted cree que les daría un ataque? Pues sí, chido y güey y muchos otros términos del lenguaje "juvenil" han sido ya incorporados al Diccionario de la Lengua Española.
¿Pero cómo se les ocurre a los señores académicos -pregunta una señora muy enojada- autorizar todas esas palabras que lo único que están haciendo es descomponer nuestro bello idioma? Eso que dice la señora enojada y que quizá también usted estaba pensando, está fuera de orden por varias razones: en primer lugar, hay que entender que la labor de la Academia de la Lengua no es "autorizar" vocablos, si una de esas palabrejas aparece en el Diccionario Académico eso no quiere decir que ya la podamos usar con toda libertad.
No, señoras y señores enojados, la Academia no autoriza ni deja de autorizar. Lo que hace es dar testimonio de que esas palabras existen y generalmente se especifica en donde se usan con determinado significado. Por ejemplo, chido o chida aparece en el DRAE como una palabra que en México se refiere a algo lindo o muy bueno en "lenguaje coloquial". ¿Es cierto eso?, pues sí, certísimo. Chido se usa en México como adjetivo con ese significado. Eso no quiere decir ni que está bien o que está mal que lo usen, los jóvenes, viejos o niños.
Entonces, que nos quede bien claro que lo que establece la Academia es una referencia autorizada, no un permiso para usar todas las barbaridades que se nos ocurra inventar.
Luego, muchas personas critican a la Academia porque dicen que está en decadencia y que acepta cualquier vulgaridad que aparece por ahí. A esas personas les aclaramos que lejos de aceptar neologismos (nuevas palabras) a su antojo, antes de hacerlo se efectúa un estudio en el que suelen participar las 22 academias que existen en el mundo de habla hispana.
Además, para cuando uno dice que "todo el mundo" o que la mayoría de la gente usa ésta o aquella palabra, tenemos que estar conscientes de que hay más de 450 millones de hispanohablantes en el mundo y que cada quien en su pequeño universo piensa que la mayoría son cuando mucho unos cientos de personas que uno tiene cerca.
Y para remachar el tema, déjeme decirle que la palabra güey también está en el DRAE con el significado de "persona tonta", y trae junto la aplicación de la expresión "álzalas güey", y dice que es una expresión mexicana para dirigirse a alguien que ha tropezado. Esa sí que me encantó.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Fortunato Sánchez Merecías: Existen los apellidos Vega y De la Vega, una ciudad que se llama "Las Vegas", pero ¿que es una vega?, ¿tú lo sabes?
RESPUESTA:
Según el Diccionario de la Lengua Española, vega es una parte de tierra baja, llana y fértil.
Un versito muy realista para terminar: ¡Qué pronto se consolaron, los deudos de quien murió y más cuando el tal difunto mucha lana les dejó! ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.