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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

El lenguaje por escrito y sus dificultades

JUAN RECAREDO

Cuando nos comunicamos a través de la palabra hablada, lo hacemos casi automáticamente porque tenemos mucha experiencia en ello y no apreciamos lo difícil y complicado que puede ser, pero cuando queremos "hablar" por escrito, empezamos "a patinar" y a veces no sabemos ni por dónde empezar.

Es en ese caso cuando se hace patente la necesidad de redactar. En realidad, redactar es como "hablar por escrito", pero cuando tratamos de hacerlo, la dificultad se multiplica.

Si usted me lo permite, le puedo dar algunos sencillos consejos para lograr una buena redacción. Son siete recomendaciones prácticas que estoy seguro le serán de utilidad para expresarse "en blanco y negro", es decir, a través de la palabra escrita.

1.- Pensar. Antes de empezar a correr la pluma o a aporrear el teclado, le recomiendo dedicarle un momentito a pensar qué es exactamente lo que quiere decir. Parece demasiado obvio, pero ya verá que no lo es tanto.

Piense qué es lo que quiere decir, a quién se lo va a decir y cómo se lo quiere comunicar, si en lenguaje coloquial, comercial, formal, técnico, etc.

2.- Ser conciso. Procure dejar los rodeos para jinetes y jaripeos. Al escribir su mensaje, cualquiera que sea, vaya directamente al asunto, sin incluir palabras de más que le van a hacer perder interés a quien lo lea. Aquello de que "por medio de la presente me permito comunicar a usted, etc., etc.", ya está obsoleto. La modernidad exige ser más directo en lo que se quiere decir.

3.- Claridad. Una cosa es ser conciso y otra ser claro. A veces, aún siendo conciso, usamos terminología rebuscada que nuestro receptor no va a entender. En algún caso, puede ser el nuestro un mensaje tan conciso, tan abreviado, que no ofrezca suficiente claridad o pueda entenderse de una manera muy diferente a lo que se quiere decir.

4.- Adecuar. Nuestro mensaje debe ser adecuado a la o las personas que lo van a recibir, según su nivel de conocimientos, motivos y costumbres. Si no se tiene cuidado con este aspecto, el mensaje puede perder sinceridad y por lo tanto, también credibilidad.

5.- Diversificación. En un mensaje escrito, no es bueno repetir una y otra vez determinada palabra o expresión. Es necesario utilizar sinónimos o expresiones equivalentes para no caer en este error que le quita fuerza al texto por su monotonía.

6.- Concluir.- Podríamos equiparar nuestro mensaje con la narración de un cuento. Hay que hacer el planteamiento, luego viene el desarrollo de la historia y finalmente, el cierre. Ese cierre es la conclusión a la que debemos llegar para que el mensaje sea completo.

7.- Ya una vez que se ha terminado el texto de lo que queremos decir, hay que hacer una revisión para comprobar que se han cumplido los requisitos para que la redacción cumpla con el objetivo trazado.

Escríbale a Don Juan Recaredo:

La dirección de su correo electrónico es comodijo2@hotmail.com

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Jorge Fernández quiere saber por qué se les llama infantes a algunos soldados o marinos si no son niños.

RESPUESTA:

De acuerdo con sus raíces, la palabra infante se refiere a alguien que no puede hablar, característica muy propia de un niño. Los infantes del ejército o la marina pertenecen a un nivel en el que no dan órdenes y por eso en sentido figurado se dice que "no pueden hablar".

Reflexión para terminar: Si te parece que sabes mucho y entiendes bien, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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