Durante la parte más intensa de la precipitación, algunos no se movieron de sus lugares.
No ha parado de llover para la afición albiverde.
En la noche que pintaba ideal para una reconciliciación del equipo con los buenos resultados, un diluvio al mediotiempo apareció como premonición de lo que vendría más tarde.
Santos Laguna se quedó a 7 minutos se saborear una ansiada victoria ante su afición, que sigue sin llenar la aún llamada Casa del Dolor Ajeno, donde sin embargo sólo se han conseguido un par de victorias en el presente torneo, en seis partidos disputados.
Pero la esperanza muere al último y poco a poco, las arterias que conducen al Territorio Guerrero se fueron llenando de fieles seguidores a bordo de sus vehículos.
El estadio está mojado. El viernes regresó la copiosa lluvia a la Comarca, pero eso no frena los verdaderos aficionados.
Poco a poco, La Komún va tomando su lugar en las gradas. Lo mismo hace La Tribu. Y basta que comience el visitante a hacer ruido para que los tambores de la "hinchada" local comiencen su ritual.
La primera ovación de la noche se la lleva el héroe del Clausura, Agústín Marchesín, al ser anunciada la alineación por el sonido local. Ninguno de los siguientes 10 nombres logra opacar los aplausos que se llevó el cancerbero en su oportunidad.
Y del desfile de nombres pasamos a la acción. Las emociones corrieron a cargo del equipo visitante, en primera instancia, aunque el primer grito de gol fue cortesía de los Guerreros, al minuto 21, dos minutos después de que Guerrón estrellara un balón en el poste de Marchesín.
Santos se fue arriba en el marcador gracias al cobro de penal del "Avión" Calderón, y la tribuna festeja con locura, como si nunca hubieran gritado una anotación.
Tigres ataca de nuevo y entre aficiones comienza una guerra de cantos y porras.
Cerca del final de la primera parte, se escucha por unos segundos un ensordecedor "olé, olé", quizá para apagar las voces felinas que comenzaban a tomar forma.
Los equipos se van al descanso en medio del diluvio y los aficionados buscan donde resguardarse. Son pocos los que se quedan en sus lugares, tapados con hules, impermeables o lo que se les ocurra. Aunque las tres barras presentes en el Corona permanecieron siempre al pie de lucha mientras el balón estaba en juego.
Comienza la segunda parte y de nuevo el "Avión" hace levantar a los laguneros de sus asientos. Es el segundo gol y la victoria parece ahora más cerca.
Pero no. A 7 minutos de la gloria, el árbitro marca un penal y la alegría albiverde se va como agua cuando Sobis marca el empate.
De nuevo hay decepción entre la afición que se dio cita en el estadio. Y Caixinha, el hombre señalado por las críticas, se va a los vestidores entre gritos de ¡Fuera, fuera! que se mezclan con algunas muestras de apoyo.
No ha dejado de llover en la Comarca. El cielo parece ensañarse, y los laguneros siguen sin celebrar una victoria desde el 6 de febrero, cuando vencieron por la mínima al Rebaño Sagrado.