En estos festejos del inicio de la guerra de independencia, "el silencioso mexicano silba, grita, canta, arroja petardos, descarga su pistola en el aire", como escribía Octavio Paz. La situación económica de México, sin embargo, no ha mejorado mucho en los dos siglos de independencia, por lo menos no si nos comparamos con otros países. La independencia no nos permitió avanzar en lo económico más que naciones como España y Estados Unidos, entre otras, que han progresado bastante más que nosotros.
Cuando festejamos la independencia lo hacemos sin darnos cuenta de que la verdadera independencia no se conquista con rebeliones armadas sino con buenas políticas económicas. Por eso países que nunca tuvieron una guerra de independencia, como Canadá, han logrado mayor prosperidad y soberanía.
El "Índice de libertad económica en el mundo, 2015", del Fraser Institute de Canadá, cuya edición mexicana se presentó ayer (www.caminosdelalibertad.com), muestra que nuestro país bajó en la clasificación de 157 países del lugar 91 en 2012 al 93 en 2013. La caída es importante porque las naciones con mayores libertades económicas son también las que logran mayor prosperidad.
México ha caído y subido en este índice. De una calificación de 6.45 en 1970, al final del desarrollo estabilizador, pasamos a un triste 4.61 en 1985, tras las desastrosas presidencias de Luis Echeverría y José López Portillo y el inicio de la de Miguel de la Madrid. En los años siguientes México tuvo avances hasta alcanzar una calificación de 6.88 en 2006, aunque en 2013, año que cubre el nuevo informe, la evaluación ha descendido a 6.77.
México tiene algunos indicadores relativamente altos en el "Índice". La calificación general es de 6.77, frente a un máximo posible de 10, pero el país registra 9.4 en regulación del mercado crédito y 8.1 en solidez monetaria. Pese al Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de otros tratados comerciales, nuestra libertad en comercio internacional apenas alcanza un 7.2 por ciento, debido a las barreras a los productos de países con los que no tenemos tratados de libre comercio. Las peores calificaciones las obtenemos en el sistema jurídico y las garantías de derechos de propiedad, con apenas 4.4, en regulación del mercado de trabajo, con 5.8, y en regulación de la actividad empresarial, con 6.2.
La pobreza de México es en buena medida producto de la falta de libertades económicas y de la ausencia de certeza jurídica y derechos de propiedad. Las zonas más pobres de nuestro país son primordialmente rurales y tienen frágiles estructuras de tenencia de la tierra. Más de la mitad del territorio nacional se ubica en ejidos y tierras comunales en los que no hay derechos claros de propiedad. En otros países del mundo el campo no es más que pobre que las ciudades.
La pobreza de México, sin embargo, no es necesariamente el lastre que pudiéramos esperar a la felicidad. El "Índice" presenta un análisis que compara la satisfacción vital y el control vital (esto es, la satisfacción que uno tiene en la vida y el control que uno ejerce sobre sus propias decisiones, medidos por la Encuesta Mundial de Valores) con las libertades económicas y la prosperidad.
Los países más prósperos no tienen más satisfacción o control vital, pero sí los que gozan de mayores libertades económicas. México sorprende, sin embargo, porque se ubica en segundo lugar, con calificación de 8.3, en satisfacción vital y en primer lugar, también con 8.3, en control vital. A pesar de nuestros problemas, los mexicanos estamos más satisfechos con la vida y nuestra libertad para decidir que naciones más prósperas que deberían estar más satisfechas consigo mismas.
PRODUCTIVIDAD
El índice global de productividad laboral de la economía mexicana sigue cayendo. En el segundo trimestre de 2015 registró una baja de 0.8 por ciento frente al mismo período de 2014 según el Inegi. El problema es que sólo será posible generar mejores salarios en el país cuando la productividad crezca.
Twitter: @SergioSarmiento
