Generosidad. Roberto dice que es una satisfacción muy grande el hecho de poder llevar alegría a los niños de escasos recursos.
Hoy se cumplen 50 años de que Roberto Carrillo lleva una sonrisa durante la temporada decembrina a los niños más vulnerables de San Pedro del Gallo, Durango. Para el señor y su familia, las últimas 50 navidades han estado llenas de bendiciones pues según dice, la fe y la sonrisa de los pequeños es inquebrantable.
Cada 20 de diciembre, Roberto, acompañado de sus hermanos, de su esposa, hijos y nietos viajan hasta esa localidad para llevar más de 700 bolsas de dulces y juguetes para los infantes.
También llevan cobijas para repartirlas ente la comunidad que se encuentra en pobreza extrema.
CARENCIAS
"Yo vine de mi pueblo, de San Pedro del Gallo a buscar trabajo para comer, me vine en ceros, pero traía la conciencia de que estaba dejando a muchos niños como yo, que tenían las mismas carencias, mi inconsciente empezó a trabajar la idea de compartir todo lo que lograra con ellos", dice. Los niños, saben que Roberto no les va a fallar.
Comenta que apenas ven que se aproxima el autobús al municipio cuando salen corriendo por las calles avisando que ya llegaron.
"No hay nada que pueda explicarlo, sinceramente no hay nada, se siente que alguien está siendo feliz con nuestra presencia, la felicidad brota en los niños y es muy sincera, les brillan sus ojitos desde que llegamos", expresó Roberto.
Desde los años 60, esta causa ha ido impregnando de generación en generación con el único propósito de que crear una sociedad más justa y generosa.
"En un principio llegamos a llevar más de mil bolos, desafortunadamente los niños crecen y se van de San Pedro a Estados Unidos por la misma situación de pobreza que existe, hay muchas carencias", añadió.
Roberto conserva fotografías de cada uno de sus viajes. Recuerda de forma particular, un viaje en el que él, junto a su familia tuvieron un accidente.
"Hubo un año en el que nos volteamos, veníamos toda la familia, fue un año muy trágico, todo mundo pensó que ya no volveríamos a regresar, pero gracias a Dios todos conservamos la vida y al contrario, sentimos una gran fuerza espiritual para seguir adelante", dijo.
PREPARAN LOS BOLOS
Ayer por la mañana, la familia de Roberto colaboró en la elaboración de los bolos. Se compraron cacahuates, naranjas y algunos dulces para llenar las bolsas.
También se alistaron con los juguetes que serán repartidos entre los niños de aquella zona.
Hoy domingo, partirán desde Gómez Palacio a las 8 de la mañana con destino a San Pedro del Gallo.
"Cuando esto se hace con amor, hasta una sonrisa o un abrazo transforman al ser humano, los niños de San Pedro saben que los amo", concluyó.