EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Lo ocurrido en París

GILBERTO SERNA

Este mundo es el mismo de ayer y de hoy. Nada parece cambiar. La naturaleza humana sigue siendo la misma desde que Caín tomó en sus manos aquella quijada de burro hasta el momento en que tres hombres, dice el despacho recibido, asesinaron hace unos días, a doce personas en las oficinas de un semanario satírico ubicado en París.

La primera impresión fue de horror, ante el ataque protagonizado por esos tres hombres que iban fuertemente armados. Los siguientes días han sido de multitudinarias marchas de protesta. ¿Qué ocurrirá después? El mundo quedó horrorizado. Tanto que no se sabe qué suerte le deparó el destino al más joven de los tres atacantes que se entregó a la autoridades poco después de cometer la masacre.

Lo que me recuerda el episodio en el que Pancho Villa, durante los días de duro batallar le ponen a su disposición combatientes que depuestas las armas se entregaron, ordenando fueran fusilados. De lo que después se arrepiente al escuchar que quien se entrega voluntariamente renunciando a seguir disparando merecía la prisión mas no la pena de muerte. Lo que convencido decidió mocharles sin mayores trámites una oreja que los delataría si volvía a encontrarlos perdonándoles la vida, pero advertidos de que entonces sí serían ejecutados si los encontraba de nuevo.

Era justo lo que deseaba al marcarlos así, de esa manera.

Pero volviendo a lo que está ocurriendo en estos días, donde ha quedado aquello de que a cualquiera que te abofetea en la mejilla vuélvele también la otra; esto parece indicar que no es causándole el mismo daño que recibiste de tu contrario como podrás reparar el daño que te han inferido.

Es verdad que las doce personas muertas en el semanario Charlie Hebdo fueron acribilladas por los asesinos entre los que se encontraba el más joven de los autores del atentado que posteriormente se entregaría a una estación de policía donde sería puesto bajo custodia. La nota periodística sólo señala que el joven de 18 años de edad acudió por su propio pie. Nada dice de lo que le espera.

Lo que resulta espeluznante es el relato de un testigo que videograbó desde un edificio cercano, diciendo que los atacantes se dirigieron con tranquilidad a un auto que esperaba abajo (para este momento ya salían del lugar donde se edita el semanario, donde habían matado a ocho periodistas, dos policías, un empleado de mantenimiento y a un visitante) uno de ellos disparó entonces a la cabeza de un policía que yacía herido retorciéndose en el suelo. Uno de los agresores, gritó ¡vengamos al profeta! habían disparado minutos antes masacrando a parte del personal presente en las oficinas del semanario.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1077601

elsiglo.mx