La casta. Bajo la dirección de Don Alejandro Bichir, los hermanos Bruno, Demián y Odiseo, en compañía de Reynaldo Rossano, regresan a las tablas para presentar en el Teatro Isauro Martínez la puesta en escena 'El último preso o la policía', de Slawomir Mrozek, durante la inauguración de la cuarta edición del Festival de la Palabra Laguna 2015, de la Secretaría de Cultura de Coahuila.
Don Alejandro Bichir, aún le va a La Unión Laguna, dice que nunca puede olvidar su terruño, Torreón es esa ciudad de la que salió haciendo teatro y a la que va a regresar precisamente a hacer lo mismo. Padre de una casta de actores que hoy son referente del cine y el teatro en México: Odiseo, Demián y Bruno Bichir, con quienes se reunió en el escenario con la idea de revivir un recuerdo, el mismo montaje que sus hijos lo vieron dirigir cuando eran niños y con el que ahora regresa a su tierra "El último preso o la policía", del polaco Slawomir Mrozec.
La obra, que abrirá el cuarto Festival de La Palabra Laguna Enriqueta Ochoa de la Secretaría de Cultura de Coahuila, el próximo viernes 6 de noviembre en funciones de 6:00 de la tarde y 8:00 de la noche, en el Teatro Isauro Martínez, se presentará de manera gratuita y los pases de cortesía estarán disponibles en el Centro Cultural Comunitario Pilar Rioja y en el Instituto Municipal de Cultura y Educación de Torreón.
Con la elegancia, gentileza y el buen sentido del humor que siempre lo han caracterizado, el director Alejandro Bichir, conversó en exclusiva con El Siglo de Torreón, sobre la emoción de regresa a su tierra.
→ La obra fue escrita hace más de 60 años, ¿por qué cree que siga vigente?
Porque es una comedia que pone el dedo en la yaga sobre la problemática que tienen muchos países, que de alguna manera sufren de inseguridad, represión, corrupción, etcétera. Entonces de cierta forma la gente se identifica porque es una comedia que la hace reír, pero al mismo tiempo la invita a reflexionar, a pensar en que no estamos muy lejos de esa realidad.
→ ¿Retrata la comedia sin tanto dolor la absurda realidad que vivimos?
Sí, eso es lo que pasa, nosotros de alguna manera nos reímos mucho de nosotros mismos, ahorita mismo estamos en la celebración del Día de Muertos, jugamos con la muerte, son cosas difíciles pero de alguna manera las volvemos graciosas, nos pintamos la cara y disfrutamos de algo que en determinado momento puede ser muy doloroso.
Esta comedia, en un momento los hace reflexionar, pero también los divierte porque son cosas que le pasan a otros, el sufrir de un personaje, pero de manera muy graciosa, porque lo apalean, pero anda ahí luchando porque alguien pueda disentir de lo que pasa en su país y la gente no le hace caso, al contrario lo están apabullando, aquí hay que divertirse pero al mismo tiempo sacar conclusiones de lo que pasa a nuestro alrededor.
→ ¿El autor vivió en México, pero la decadencia política que muestra cruza fronteras?
Sí, mire usted, en cierta forma es una crítica muy corrosiva para los países totalitarios, porque él sufrió las consecuencias de una Polonia totalitaria, se exilió y sufrió. La obra yo la hice en 1985, con grandes actores, mis hijos estaban pequeños y recuerdo que les gustaba mucho, ahora con el paso de los años, me preguntaron ¿y por qué no pones aquella obra que tanto nos divirtió? Hace poco tuvimos como espectador una niña de seis años que estaba pero encantada con todos los chistes, porque es una puesta para todo tipo de público.
En esa ocasión yo puse la obra con Carlos Ancira, Augusto Benedico, Miguel Córcega, grandes actores, le gustaba mucho a mis hijos, y decidimos reponerla, yo con cierto temor de que no fuera tener vigencia y pues si la tiene, trasciende, este autor que vivió acá en México, y realmente es una genialidad.
→ Además con una extensa obra escrita...
Sí claro, tiene algunos cuentos muy corrosivos, muy interesantes, como su cuento de El Elefante, que son varios textos reunidos, grandes obras como Tango, otra muy interesante que en su momento me gustaría representar, es Los emigrantes.
→ ¿Relacionó el México actual en el montaje?
Hace algunos años hice la obra que me proponía la compañía nacional, y como se trata de El último preso o la policía, me decían que pusiera unos policías gordos, así como son muchos de nuestros agentes, pero yo decía que no, que se trataba precisamente de dejarle su universalidad, lo importante es que de pronto al ver la obra la gente deduzca que está a su realidad.
Nosotros no le agregamos ni le ponemos, la hacemos tal cual, ligeras cosas que tienen que ver con la traducción del polaco, pero en cuanto a cambiarle para resuene lo nuestro no. La gente se identifica, porque lo que sucede en escena, que es en un país hipotético, pues aquí también se da.
→ ¿Cómo es regresar a la obra, pero ahora con los hijos?
Pues en realidad me resulta más cómodo, claro que en algún momento cualquiera diría claro que son unos indisciplinados (ja ja ja), pero no, es que por la confianza nos hablamos con toda verdad, nos tratamos con toda desfachatez. Claro en algún momento cuesta trabajo, ellos han confesado en varias ocasiones, Odiseo, por ejemplo, dice que necesita recordar que es su director, no su papá, lo mismo dicen Demián y Bruno, porque tenemos mucho en común, no sólo la sangre, sino la misma profesión.
→ ¿Y a don Alejandro cómo le gusta que lo llamen, señor director o papá?
Le confieso que se hace una mezcla. En un momento se equivocan y soy su papá, o a veces están muy formales y me dicen señor director, y pues yo les digo: si dígame usted. En otras no papá eso no sirve, papá ponle esto otro, y ahí se campechanea la dirección (ja ja ja).
→ ¿Como papá qué siente de dirigir no a sus hijos, sino a tres grandes actores?
Le puedo decir con toda confianza que yo pierdo la objetividad. En alguna ocasión me decía Ignacio Durán, un hombre muy importante en el cine, sobre uno de mis hijos, ve esta actuación está sensacional, y cuando me preguntó que cómo me había parecido yo le dije bien. Pero cómo bien, es maravillosa, cuando Bruno hizo con Salma Hayek El Callejón de los milagros, y ganó el Ariel, pero es por eso, porque pierdo la objetividad.
Claro al fin de cuentas siempre pienso en qué maravilla que ellos estén haciendo este trabajo porque fue muy casual, Mary Cruz y yo estábamos haciendo teatro allá en Torreón y luego nos casamos y nos fuimos a México.
→ ¿Cómo recuerda esa Torreón?
Nosotros estudiamos allí en el Instituto Regional de Bellas Artes de La Laguna y luego llegamos a México a estudiar en Bellas Artes. Estábamos trabajando, en especial Mary Cruz que cantaba y bailaba y rápidamente empezó hacer comedia musical y como no teníamos dónde dejar a los hijos pues cargábamos con ellos y les entró el gusanito, ya cuando acordábamos, ya estábamos inmersos, recuerdo que a los 11 años Demián me dijo, papá yo me voy a dedicar a esto, ya tengo muchas relaciones, pues todos los actores que lo trataban con mucha generosidad.
Mis hijos nacieron en México, pero cuando estaban pequeños allá pasábamos las vacaciones de diciembre, de verano, en mi terruño, todos los primeros años estuvimos yendo y viniendo a Torreón. Cuando fuimos a España con los Cómicos de la Legua de la Universidad de Querétaro, que Mary Cruz y yo nos fuimos como cuarenta días, los dejamos ahí en Torreón con su abuela, sus tíos y primos.
Una obra de contenido
La familia Bichir vuelve a reunirse en el montaje de "El último preso o la policía", de Slawomir Mrozek. La historia tiene lugar en un hipotético país, donde el sistema represor ha sido tan brutal que ya nadie está dispuesto a reclamar sus derechos ni alzar la voz en contra del gobierno. Sin embargo, el último preso político que queda está dispuesto a retractarse de sus ideas subversivas y revolucionarias con el fin de ser puesto en libertad. Esto acarrea un sinfín de hilarantes enredos, donde la policía y el sistema se cuestionan su razón de ser, porque al no haber nadie a quien aprehender, qué sentido tendría la existencia de éstos. Historia divertida sobre un sistema político irreal en que todos están de acuerdo con las leyes y por ende, no hay delincuencia.
El elenco
Bajo la dirección de Don Alejandro Bichir estarán:
⇒ Bruno, Demián y Odiseo, con el actor Reynaldo Rossano.
⇒ Funciones 6:00 de la tarde y 8:00 de la noche.
⇒ Viernes 6 de noviembre.
⇒ Teatro Isauro Martínez.