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Los humedales

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

México cuenta con importantes extensiones de humedales entre los que destacan: manglares, pastos marinos, humedales de alta montaña, arrecifes de coral, oasis, sistemas cársticos, ríos, riachuelos, arroyos, lagunas y lagos. Muchos de los cuales (142 hasta junio de 2014, con una superficie total de casi nueve millones de hectáreas) han sido reconocidos como humedales de importancia internacional por la Convención Ramsar, a la cual México se adhirió desde 1986.

Inicialmente, la Convención se enfocó a la conservación y al uso racional de los humedales como hábitat de aves acuáticas, sin embargo, "con los años la Convención ha ampliado su alcance hasta abarcar la conservación y el uso racional de los humedales en todos sus aspectos, reconociendo que los humedales son ecosistemas extremadamente importantes para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas." Aunque esta ampliación podría significar una protección más efectiva de los humedales, la realidad es otra, la pérdida de estos importantes ecosistemas se ha incrementado, desapareciendo con ellos los servicios ambientales que sostienen la calidad de vida de los habitantes.

Landgrave y Moreno-Casasola estimaron recientemente, que "más de la mitad de los estados que actualmente tienen humedales han perdido cuando menos el 50 % de éstos. Entre los más afectados están Chihuahua, Coahuila y Nuevo León en el interior del país y Baja California, Sonora y Tabasco en la costa." En general, México ha perdido el 62.1 % de sus humedales. En particular, los humedales dulce acuícolas naturales de México, han sido modificados por más de 4,000 presas y represas. Una gran cantidad de investigadores señalan que los caudales, la conectividad y el curso mismo de los ríos han sido modificados, y que estos factores junto a la contaminación por las descargas de los asentamientos humanos, cultivos e industrias, han afectado a los ecosistemas y su biodiversidad hasta casos verdaderamente catastróficos.

Es el caso de la extinción de por lo menos once especies de peces que vivían aisladas en lagos a lo largo del eje neovolcánico, los cenotes y cuevas de la Península de Yucatán, las pozas desérticas de Cuatro Ciénegas, Coahuila, y los oasis de Sonora y la Península de Baja California. Otras especies asociadas también endémicas, se encuentran bajo diversas categorías de riesgo, es el caso de anfibios, reptiles, plantas, rotíferos y de otros grupos; "en Sonora y la Comarca Lagunera, al menos, 92 manantiales y 2,500 km de ríos se han secado, al tiempo que las aguas superficiales han disminuido y los mantos freáticos se encuentran a mayor profundidad".

El deterioro y degradación de los humedales aunado al de las cuencas hidrográficas que los contienen, incrementan la posibilidad de reducir la captación de agua de lluvia que alimenta a los ríos y acuíferos subterráneos, pero por otro lado, favorece los desastres que se suscitan por el mismo motivo. En el primer caso, ha ocasionado que el agua per cápita de los mexicanos tenga una peligrosa tendencia declinante: de 18,000 metros cúbicos por habitante al año (m3/h/a) que se tenían disponibles en 1950, pasó a sólo 4,422 m3/h/a en 2010. En el segundo caso, el calentamiento global y los inherentes cambios del clima, han exacerbado la ocurrencia de fenómenos meteorológicos como una mayor frecuencia e intensidad de huracanes en el sur y centro del país y sequías en el norte. Los costos ocasionados por estos fenómenos, particularmente tormentas y huracanes, en el país entre 1998 y 2010 suman 6,707.4 millones de dólares; y sólo en 2005, el huracán "Emily" en el Golfo de México, ocasionó gastos por 3,000 millones de dólares. El impacto social y económico de huracanes en 25 municipios vulnerables se expresan en 4.2 millones de personas afectadas. Un milón de viviendas destruidas, 1,434.3 millones de dólares por pérdida de cosechas agrícolas y pecuarias, y 2,905.5 millones de dólares por pérdidas en turismo (Información obtenida de la revista Expansión, 2010).

De acuerdo con la Evaluación del Milenio, "La escasez física y económica de agua y el acceso limitado o reducido a ella son grandes desafíos que enfrenta la sociedad y son generadores clave de degradación que limitan el desarrollo económico de muchos países. Sin embargo, en el desarrollo de muchos recursos hídricos que ha tenido por objetivo incrementar el acceso al agua, no se ha dimensionado adecuadamente lo que ello significaba para otros servicios provistos por humedales"… "eliminar las presiones existentes en los humedales y mejorar su resiliencia constituyen los métodos más efectivos para enfrentar los efectos adversos del cambio climático".

Cuidemos nuestros humedales que se encuentran en el Parque Estatal Cañón de Fernández y en la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco.

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