EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Los 'Tolucos', sus líos y México

FEDERICO REYES HEROLES
“...en esta desesperanza se nos va el país”— Exequiel Ezcurra

 1.- Resumen ejecutivo.- Todo iba muy bien, pero en semanas se desmoronó la esperanza. La conclusión general es una: el priismo de hoy no es diferente, no aprendió la lección. Lo peor es que no tiene la exclusiva, la alternancia no detuvo nada, la amenaza de corrupción es generalizada. El cuestionamiento del presente erosiona el futuro. La gestión de Peña Nieto carga toda la responsabilidad: la de los éxitos de las reformas de fondo que el país necesitaba desde hace décadas, logradas con gran astucia y también la de una ingenuidad que es tanta que nadie se las cree. De pasada los precios del petróleo se van al suelo, mientras la producción cae en picada. La violencia cede lentamente, pero Iguala provoca una noche, en la imagen de México, que oscurece cualquier logro.

Resultado: todo está en duda, en la opinión pública de México y del mundo. Por fin, ¿país con un velamen lleno que permite navegar a un futuro de éxitos previsibles, casi inevitables o una barcaza de barbarie que naufraga? Usted escoja, ¿Moody's o Ayotzinapa?

2.- Respuesta equívoca. En el lenguaje común error, grave error.

La Casa Blanca, las licitaciones de la SCT, el Secretario de Hacienda contra la pared por una casa en Malinalco. El mundo observa y las mismas publicaciones que semanas antes aplaudían, ahora devoran al México de la corrupción ancestral. El país está en entre dicho por cuatro letras: HIGA. ¿Cómo explicar la megatontería? Desconocimiento del tema, -o un presunto conocimiento que es autoengaño- mucho de soberbia, desprecio hacia las reacciones de una sociedad cada vez más exigente. Si el PRI no se renovó, la sociedad sí. Somos los exitosos, el PRI está de regreso, ¡viva el Estado de México! Los "tolucos" a todas las posiciones posibles y lo de la Casa Blanca al olvido por decreto. Pero aquí estamos -no podía ser de otra forma- en 2015, año electoral, con una economía inmersa en la borrasca y una credibilidad política que se desbarranca.

El olvido no funcionó y qué bueno porque hablaría de una sociedad muy inmadura.

3.- Reinventarse (o por lo menos intentarlo). Supongamos, quiero creer, que el régimen puede dar respuesta puntual a los cuestionamientos sobre conflicto de intereses. Ese es el meollo. Pero hay dos actores: los servidores públicos y la o las empresas. De seguir el actual camino iremos tropezando con HIGA o la que sea en cada ocasión que se descubra algo. La sorpresa siempre juega en contra del sorprendido. Se les advirtió, pero no hicieron caso, México quiere transparencia y este gobierno nació bajo sospecha que hoy es confirmación. Pero, de nuevo: ¿desprecio por el tema o soberbia? Hoy viven -vivimos, México con sus casi 120 millones vive- una grave crisis que puede dar al traste con esa prosperidad que necesitamos con urgencia.

No sólo está de por medio el prestigio personal del presidente y su esposa, del Secretario de Hacienda, de Comunicaciones o quien sea. Eso es lo de menos. Están de por medio las inversiones que no llegarán a ese país atrapado en el lodo de la corrupción, incapaz de deshacerse de un lastre priista -como símbolo- que hoy sabemos compartido por todos y que puede hundir a México con todo y reformas. Está de por medio el bienestar de los mexicanos. La imagen de los servidores públicos es lo que menos me preocupa, sí, en cambio, la imagen de México en el mundo y sus consecuencias.

4.- De cómo salir del hoyo o por lo menos no seguir cavando. Puede ser al revés. Si de verdad sólo es tontería, si los "tolucos" están metidos con HIGA hasta el cuello, si son incapaces de entender lo que es un conflicto de intereses que debe ser declarado, pues entonces que procedan por la otra vía. Es información pública. Que nos digan en qué licitaciones, obras o actividades vinculadas con el gobierno federal y los locales, por ejemplo Estado de México, está involucrada HIGA u otra empresa con la cual tengan vínculos personales. Es lícito tener esos vínculos, pero sólo desnudándolos podrían intentar detener el desplome. La omisión nadie la cree de los "astutos" que lograron las reformas, omisión que formalmente es complicidad. ¿Dónde están HIGA y sus acompañantes para que la sociedad pueda observar y, en su caso, denunciar conflictos de interés?

Mientras HIGA y otras empresas estén en la oscuridad, cualquier relación que aparezca será señalable como ocultamiento perverso. A eso se exponen.

5.- En la hoguera de ellos y nosotros. Que den el paso, que se desnuden pase lo que pase, que lleguemos en pleno escándalo de apertura mexicana a las elecciones, nada va a pasar. No hacerlo sería mucho peor. Entre antes lo hagan más tiempo tendrán para enmendar e incluso, cosechar del cambio. Que conviertan la crisis en un fuerte relanzamiento. Que en paralelo apoyen el sistema nacional anticorrupción y que asuman las consecuencias de transitar a un México próspero que, con todos sus logros, los "tolucos" y sus líos pueden enterrar.

La esperanza está en terapia intensiva.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1074180

elsiglo.mx